Padre Sergio Jiménez
17/04/22 11:30 | Locales
'Cuando uno hace memoria del camino reccorrido hasta esta Vigilia Pascual, hemos ido mirando, pensando y meditando todo lo que Jesús les decía a sus discípulos y también a nosotros. Hemos ido descubriendo que a veces muchas cosas en nuestra realidad nos van creando una atmosfera de desaliento, de desesperanza, de angustia, en la que no vemos la salida. Pero Jesús nos prepara para la esperanza, para la vida, esa vida que puede iluminar toda nuestra existencia, incluso en nuestros lugares mas oscuros, porque Dios nos quiere transformar para que anunciemos esto a los demás.
El Evangelio dice que las mujeres que fueron al sepulcro, fueron a buscar un muerto, no la vida. Toda la esperanza de ellos había terminado en esta muerte de Jesús. Los discípulos estaban juntos, abatidos, con miedo y desesperanza. Es difícil creer que un hombre resucita desde la muerte, y ellos en su amargura no podían verlo, como muchas veces nos pasa a nosotros en medio de todas las dificultades.
Pedro fue quien salió de la situación. Querría corroborar lo que las mujeres habían dicho; que Cristo está vivo. Esto nos corresponde también anunciar. La vida es algo importante, es luz que debemos llevar a los demás, a su situación difícil. La alegría saca todo del corazón, y entonces somos otras personas, felices. A veces llevamos tristeza con nuestras palabras. A veces hasta destrucción. No vivimos en una comunidad unida por la alegría, porque no nos hemos dejado ganar el corazón por la vida, que es Jesús, para transmitir eso
Si estamos tristes y malhumorados, contagiaremos eso. La vida nuestra debe ser llena de alegría, como hombres y mujeres de felices, que tienen esperanza, y luz, sobre todo entre tantas dificultades y tanta desolación'
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