Padre Javier Perelló en la Iglesia San José
05/06/22 10:48 | Locales
'La Iglesia es de Jesús, que está dentro de nosotros también. Él es vida, verdad, resurrección, se dio por nosotros. Sin embargo, es poca la gente que se acerca a él, por ejemplo en la misa. Hacemos muchos encuentros, reuniones, marchas y actividades, y a veces no sabemos por qué lo hacemos. Una de las cosas a las que hay que pedirle al Espíritu Santo es que nos recuerde lo que se nos dio en el bautismo. Al país, que es tan hermoso, también le va mal. Y a veces no sabemos bien po quépor qué. A la Iglesia también le pasa lo mismo. Debemos preguntarnos: ¿no será que nos falta la presencia de Jesús? ¿No será que hicimos edificios lindos y vacíos?
Hemos perdido a Jesús, lo más hermoso que tiene la Iglesia. Como los apóstoles, sentimos el fuente viento afuera, que es Dios, pero no nos animamos a dar el paso y salir. Entonces recibimos una cachetada y pensamos en qué hacemos. Nos hemos quedado dentro y nos dimos cuenta de que ya nadie de afuera conoce a Jesús, porque recibimos la enseñanza, pero no llevamos esa antorcha de luz y esperanza. Llegará así una generación que pasará y mirará lo que hacemos, y no sabrá que sucede ni que hacemos. Le echamos la culpa a políticos, a la cultura, a las escuelas, pero nosotros como cristianos, ¿que hemos hecho? Hay que animar a la misión, y preguntarse cómo veremos la Iglesia dentro de cinco años.
Hay que seguir animando a la misión, tanto de sacerdotes como de laicos. Ser futurista puede ser un pecado, pero a veces preguntarse cómo será algo o imaginárselo no estará mal. Los barrios, las ciudades sin luz. Eso debería preocuparnos. En algunos casos se asiste a misa, a los bautismos, se pone en intenciones a difuntos y demás. Pero no se nos cae el nombre de Jesús de la boca. Sabemos que la iglesia no va a morir, porque es obra de Dios, pero hay que buscar que los demás se encuentren con Jesús. Para eso están los apóstoles.
A sus discípulos, Jesús les mostró el corazón. Eran duros como nosotros, y ahí lo amaron. Durante tanto tiempo la iglesia persistió. Durante mucho tiempo sin nada definido, ni estructuras como hoy la tenemos. Pero Jesús estaba en su corazón. Eso es lo que hay que conservar. No se salvará la Iglesia, que ya está salvada, pero se hará más fuerte y más luminosa. Cuando todos los bautizados tomemos conciencia de esto, entonces llevaremos a Dios a donde vayamos y creceremos más”
Notilagos
