Padre Javier Perello
03/07/22 10:39 | Locales
“Los evangelios nos hablan sobre una cualidad cristiana que es la alegría. Si pensáramos en qué nos provoca tristeza o alegría, deberíamos enumerar varias cosas. Una de las cosas que nos encontramos permanentemente en la vida, es la capacidad que tenemos de alegrarnos, por más que el dolor, el abatimiento, la enfermedad, la tristeza o la muerte nos perturben.
Siempre habrá un motivo de alegría, pero hay algo que solemos olvidar: la Fe, que a menudo no identificamos con la alegría. Pensamos que es un motivo para estar disgustados o mal, como si fuese una opresión. Los cristianos son un poco culposos. No se trata de los momentos o situaciones, sino de una situación natural. En tiempos difíciles como los que vivimos, nos sofocan tanto las cosas que nos suceden, que nos olvidamos a veces de que tenemos esta capacidad.
Los problemas muchas veces no nos dejan ver la abundancia de los bienes que tenemos, como la salud, la familia, los amigos, y que puedo estar acompañando a alguien que a lo mejor carece de salud. Son situaciones de la vida ordinaria que marcan una realidad permanente que nos tiene que invitar a la contemplación en la alegría. Pero pareciera que siempre estamos mal por la carencia de algo, dejándonos llevar por el espíritu de la angustia y la desesperación.
En la sociedad a veces podemos estar llenos de bienes, pero no hallar la paz ni conseguir la libertad. Lo que importa es ser una nueva criatura, que aprende a regocijarse y a alegrarse en las cosas más esenciales de la vida, y que no está amargado por lo que alcanza, pero que tampoco es orgulloso ni arrogante para ostentar lo que tiene. Lo que tiene lo disfruta, pero no se pone mal por lo que tiene. Lo que importa es vivir feliz con lo que se tiene, ¿los demás qué importan?
Fe, Esperanza y Amor, son las tres virtudes que importan para ser felices y para llegar al cielo. Depende de cómo las cultivemos, estará identificada nuestra alegría. Estoy condenado a la tristeza eterna de lo contrario. Esto no me lo puede quitar nadie. Los bienes pueden faltar, puedo carecer de salud y de un montón de recursos que me dan seguridad, pero estas virtudes nadie nos las puede quitar.
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