Padre Javier Perello
17/07/22 10:09 | Locales
“Jesús, en el camino de la cruz se detiene con sus amigos, a descansar y de visita, y esta mujer llamada Marta lo recibe de par en par, sin parar de hacer cosas para atenderlo como corresponde. Su hermana María, en cambio, lo escucha y se queda con él. Esto la enoja a Marta, y Jesús le dice que se inquieta por muchas cosas. Esto no estaba mal, pero la enseñanza en esto es que a veces debemos escuchar a quien viene de visita, porque a esa persona podemos llenarla de música, de comida y bebida, regalos y demás, pero a veces lo que más necesita al ser alojada es la escucha.
Lo que más cuesta hoy en la hospitalidad es la capacidad de escucha. Esto es muy importante, porque es lo que no se olvida. Es cierto que es necesario lo demás, pero este es el mejor arreglo. Cuando esa persona viene, está deseando quedarse con nosotros, y hay que dedicarle ese tiempo. María trabajaba esta dimensión, y podía disfrutar y aprender de la visita de Jesús. Marta también lo hacía y lo servía, pero le faltaba un poco esta dimensión.
Hay que frenar y escuchar. Esto se aplica especialmente a la oración, porque trabajamos mucho, y esto está bien. Pero hay que mejorar este aspecto. Jesús aprovecha para dejarnos esta enseñanza. Lo mejor que podemos hacer es permitir que la otra persona desahogue lo que le pasa, brindándole nuestra posibilidad para que se exprese, en su hambre interior, en su dolor o en su impotencia. Llegará el día en que nuestros seres queridos ya no están, y lo que al final quedará es esto, y podemos llegar a lamentar si no aprovechamos bien nuestro tiempo con ellos
Notilagos