Iglesia San José, General Lagos
28/08/22 11:37 | Locales
'El caso del hombre del evangelio nos enseña que hay que ser humildes, y mientras más grandes, más aún. Cuánto más campo tenemos, la tierra nos presenta la oportunidad de ser más generosos para poder cosechar. Si hay mucho podremos cosechar mucho, o dividir y hacer muchas casas para ser habitadas.
En el fondo, en el Génesis, el hombre posee orígenes humildes, cuando Dios lo hizo del barro y sopló sobre él. Por eso, esta es nuestra naturaleza. Estamos para eso. Humildes como la tierra, que, siendo necesaria y a la vez muy preciada, está abajo de todo. Nos da un montón de cosas, pero pasa desapercibida. Así debemos ser nosotros.
Una persona humilde resulta siempre ubicada, cumpliendo su función, sin necesidad de destacarse ni agregarse honores. Es una persona que camina siempre con plenitud de corazón, marchando seguro delante de Dios y ante los demás, porque no se sale fuera de lugar para figurar. El humilde es el ubicado, que cuando hace las cosas bien, es agradecido y no quiere meciones. Pero cuando le salen mal, sigue adelante, sin hacer caso de las críticas. Es algune que tiene los pies sobre la tierra.
Se puede construir, sembrar y edificar para muchos, cuando seamos como la tierra. Todo lo que tengamos, si somos humildes, seremos como la tierra fecunda y daremos muchos frutos. Es la manera en la que hay que proceder para ser mejores y hacer mejores a los demás. El humilde es ubicado, generoso, y se mantiene firme siempre, porque pone su seguridad en Dios. Es la virtud más hermosa, pero también la más difícil.
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