Ana Paula Scarpecci, Psicóloga
30/09/22 14:24 | Locales
La adolescencia es un mundo, y debe repensarse constantemente desde diferentes lugares, porque son sujetos en formación, en situación de crianza, dado que aún no cortan el cordón umbilical. Deben estar siempre acompañados por adultos, debido a los diferentes cambios que experimentan una vez desvanecido el mundo de sus infancias.
Según explicó Ana Paula Scarpecci, se comienzan a vivir experiencias, discursos y nociones que se experimentan en el seno familiar: “Cada uno se comienza a centrar más en lo que le interesa y en lo personal, Cada uno es diferente en esto. Siempre hay una mayoría a la que hay que pertenecer, pero también querer ser diferente, que es otra manera de pertenecer. Los adolescentes buscan identificares con algo, y también ahí hay una función importante de parte de los padres para acompañar, porque necesitan identificarse con un modelo. Esto debe ser saludable, pero no debe transformarse en un fanatismo a la hora de seguir a alguien. Esto se más claro ve en la parte estética y corporal, y en las exigencia que cada uno se impone, pero esto ya está más que advertido
Todos los excesos son malos, y como se suelen tomar como referencia a muchos líderes negativos, hay que controlar que no se llegue a un estado de fanatismo pasivo, para darle una vuelta y que se pueda repensar esa idealización, sin que se transforme en blanco y negro. Esto no es fácil, porque tiene que haber otro que marque esto, y esta debe ser la función de los adultos. Hay ciertas cuestiones, por ejemplo, que no son tal y como se ven en las redes de la gente famosa, y sus estilos de vida muchas veces no se condicen con lo que muestran en estas plataformas.
Todo pasa por la educación. Esta es la base, y lo más importante para realizar movimientos sin incurrir en fanatismos ni excesos. Tiene que haber adultos tejiendo redes. Los adolescentes suelen cuestionar todo tipo de autoridad. Lo preocupante sería no tanto que sean problemáticos, sino que no puedan encontrar su voz propia, que se callen, que no se expresen ni se quejen, sin encontrar su espacio. Los adultos debemos preguntarnos: ¿están dando este espacio para que encuentren su lugar en el mundo?
Hay que dejarlos ser siempre con un encuadre. Esta es la cuestión. El sostén familiar y el espacio que se les da al adolescente, así como el marco educativo resultan fundamentales para que aprenda a transitar esta etapa tan difícil, pudiéndose expresar en sus temores, problemas y preocupaciones
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