Padre Javier Perelló
02/10/22 10:22 | Locales
“Para qué sirve la Fe. Nos sirve para relacionarnos con Dios, teniendo una vida buena y preparándonos para el cielo. No sirve para mejorar la política, no sirve para cambiar el sacerdote, no sirve para que venga más gente a misa. Sirve para nuestra relación única y exclusiva con Dios. La diferencia entre quien tiene y no tiene Fe, es que uno cree en Dios, y el otro no. A los dos le pasan las mismas cosas, pero uno tiene consciencia de Dios y el otro no.
Quien escucha cree en su palabra, y aprende dos cosas fundamentales: amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo. Los dos pilares de nuestra Fe cristiana. Todos los hombres tienen consciencia de su realidad, pero el que tiene Fe lo tiene más allá. Permite ver todas las realidades de este mundo, como la injusticia, la muerte, la enfermedad y el hambre, pero de manera diferente. Les da un sentido a todas las cosas, alimentando nuestra confianza y nuestra esperanza.
La enseñanza de Dios mueve nuestro corazón a la Fe, para que veamos las realidades temporales, pero mirando al cielo. Esto da profundidad mucho mayor a todo lo que experimentamos, con un corazón sensible para ver también a Dios en los hermanos.
Nos dirigimos hacia Dios, y en el pasar, debemos impregnar todo con su presencia. El hombre que no tiene fe no toma consciencia de que hay algo que está por encima de todo, superador y sumamente bondadoso y justo. Sólo se percibe a sí mismo y a sus necesidades. Por eso, quien tiene Fe, nunca es egoísta ni piensa en sí mimo. Llevar una vida buena es llevar una vida recta, y quienes no lo ven así pueden convertir la vida en un infierno.
El hombre de Fe es un hombre práctico, que se compromete con las cosas del mundo, porque las ama, y esto le permite entrar en el cielo. Nuestra Fe es un tesoro, porque no resuelve los problemas de este mundo, pero sí nos llena de luz para que podamos aportar a transformar situaciones, y también mejorarnos a nosotros mismos.
Finalmente, quien tiene Fe perdona, porque encuentra el verdadero sentido de esto. Quien no, probablemente se quiera vengar. Por eso, Jesús dice, perdonar siete veces siete: es decir, siempre”
Andrés Vallasciani
