Padre Aníbal Quevedo
13/11/22 9:54 | Locales
'El acento está puesto en el final. En el caso de la segunda lectura, en Tesalonica había prosperado la idea de que llegaba el final de lo tiempos, que era inminente. Pensaban que era inmediato y por lo tanto no había que hacer nada. Pablo escribe la carta diciendo, entre otras cosas, que el que no quiere trabajar no coma. Hay que seguir trabajando, seguir haciendo, con la responsabilidades de cada día, con el acento puesto en Dios.
El tiempo ordinario se acaba. Pasó un nuevo año litúrgico. La reflexión de esto nos debe llevar a pensar en cómo será final de los tiempos. Cuando se acabe todo. Nuestra esperanza es que vamos encontrarnos con nuestro padre misericordioso, en donde seremos juzgados en el amor, según la voluntad de Dios. Mientras tanto, hay que seguir trabajando, mirando a Dios.
Esto lo relacionamos con el bautismo, porque los bautizaos caminamos buscando el encuentro definitivo con Dios. Al final de nuestra vida. En esta peregrinación, esperamos este destino con fervor'
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