Padre José Maciel
19/03/23 10:30 | Locales
'En todo proceso bautismal, pasamos de las tinieblas a la luz. Jesucristo es la luz que vino a este mundo, para eliminar esa carga en nosotros, principalmente de las tinieblas del pecado. Los fariseos y doctores de la ley estaban cerrados a este proceso, que estaba renovando los corazones y sanando a las personas.
El proceso bautismal debemos recordarlo día tras día, y tenerlo siempre presente, porque ni fue simplemente un trámite, sino que debe abarcar toda nuestra vida. Luego se reafirma con los otros sacramentos, pero lo más importante es que hemos llegado a la luz de Jesucristo. Tenemos que reafirmaron y renovarlo día tras día.
En la primera lectura se nos dice que la mirada de Dios no es como la de los hombres. Cuánta verdad, porque nosotros miramos y juzgamos por la cáscara, y él el corazón. Va mucho más allá, y nos invita a cambiar nuestras raíces, nuestra potencialidad, lo que podemos dar. Mira las raíces que hay en cada uno de nosotros, y la respuesta que debemos dar también.
Somos hijos de la luz, y viviendo como tales, debemos dejarnos quemar por ella, dejando de lado las tinieblas. Queremos tener presente nuestro bautismo, y renovarlo día tras día.
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