Parábola del sembrador
16/07/23 10:08 | Locales
Isaías habla de la eficacia de la palabra,con una comparación muy linda con la lluvia y la nieve, que cumplen una función, al igual que la palabra de Dios. Pero esta es una misión que se concreta en el corazón de cada uno de nosotros. Cómo nos paramos ante la palabra, debemos preguntarnos, porque ella busca un corazón, una vida. Uno encuentra ahí cosas de las que no se daba cuenta antes,y la palabra sigue hablando. No es un diario ni una recista cualquiera: es la palabra de Dios que nos sigue hablando y que se actualiza en el hoy.
Qué lugar tiene la palabra de Dios en nuestras vidas? hay que pararnos frente a ella y dejar que nos inunde,nos motive y nos mueva. Y cada día va a ser distinto,y cafa uno tomará algo distinto que Dios le dice a través de esa palabra, que siempre busca en donde anidar.
Es muy importante la cabida que le damos a esta palabra,y no tenerla en la bibloteca como archivo o algo decorativo. Es eficaz, y debemos familiarizarnos con ella. Todos los días algo.
La oración y la meditación de la palabra hay que rumiarlas, masticarlas bien, tomádose el tiempo nece sario y en paz. Bajar decibeles. No hay que apurarse para la cosecha. Hay que sembrar sin pensar en eso. Debemos preguntarnos qué sembramosDios nuestra familia, en nuestra sociedad y en nuestro entorno de trabajo. Además, cuándo este sembrador que salió a sembrar,no a cosechar, era Dios, pero ¿qué tierra fértil encontró en nosotros?
Para transmitir algo,hay que vivirlo primero. Mi vida primero, porque si vendo un consejo, y oara mí no tengo, no sirve. Es muy útil pensar en quiénes estuvieron antes que nosotros y cómo se comportaron. La memoria es algo muy bueno, y de tanta gente que ha pasado por nuestras vidas. Sacerdotes y también laicos. Memoria agradecida,con tanta gente que nos ha marcado, porque ellos salieron a sembrar también.
¿Qué estamos sembrando? ¿cómo es la tierra fértil que presento en mi corazón? ¿cómo dejo que la palabra caiga y actúe en mi?
Notilagos