Iglesia San José, General Lagos
03/09/23 8:58 | Locales
“El que quiera seguirme que cargue con su Cruz. Se puede pensar en una anécdota: un día llegó un hombre a la parroquia y pidió al sacerdote que lo ayude con la Unción de los Enfermos. Le dice que están de viaje con su familia y que su mujer está embarazada y grave. Que no la atendieron en las clínicas porque tenía una enfermedad infecto contagiosa, y que no pueden seguir con su viaje. Él sacerdote lo acompaña, reza con la mujer, van a un médico, le da la unción, la criatura nace y la bautiza. Fallecen la mujer y la criatura. Ocurrió en el año 1827 a Benito Cottolengo. Una experiencia terrible. No entendía semejante tragedia delante de él y su discernimiento comenzó para hacer, y qué quedaba en su vida sacerdotal.
Alquila una casa para poder a recibir a gente que necesita ayuda médica y que pudiera tener una asistencia básica, parecida a lo gratuita. Esto creció, pero a mucha gente que le ayudó no le gustó que tanta gente diera vuelas en ese barrio. Lo denunciaron ante las autoridades. Se cerró el lugar. Algún tiempo después Benito inició algo que llamó La piccola casa. Con el tiempo elegirá formar este tipo de instituciones, con muchos santos que pasaron por su vida, colaborando y haciendo esto posible. Uno de ellos fue Don Orione, que inició años después el pequeño Cottolengo de Don Orione.
Hoy es el aniversario de aquella primera experiencia de Benito, y el ejemplo de cómo supo utilizar esto para despertarse y hacer algo ayudando a los que más necesitan. Poner su granito de arena, para la situación que le tocó vivir a esa familia. Antes de morir, se preguntaba si habrá sido suficiente lo que hizo. Demuestra cómo es la persona que quiere hacer el bien y ayudar en toda circunstancia de su vida, aprendiendo de lo doloroso que le sucede.
Una enseñanza en este aniversario, con el ejemplo de una obra que trascendió tiempo y espacio. Tanto bien que surge de un hecho sumamente difícil, delicado e inexplicable incluso”
Notilagos
