Proteccionistas locales junto a Andrés Vallasciani en el parque central
23/01/24 10:11 | Locales
Al igual que Sofía Orlandi, las proteccionistas de General Lagos, ponen de su tiempo para atender los innumerables casos que van surgiendo en materia de derechos de los animalitos, sin cobrar nada a cambio, e incluso poniendo de su bolsillo. Es carísimo moverse, y cubre toda la localidad, de punta a Punta. Estas personas son muy pocas, contadas con los dedos de las manos. La comuna siempre ayuda en este sentido, aportando en muchísimos casos, pagando muchas operaciones, con estudios, con castraciones y medicación: “Mi vida es mi trabajo y el proteccionismo. Nada más. Llevo a castrar a animales, llevando medicación y alimentos, como mis compañeras lo hacen. Ayer estuvimos con Silvana Ríos desde la mañana hasta la noche abocadas a recorrer y a socorrer. Tenemos una vida como la de todos. Trabajamos y tenemos una vida, pero a veces no podemos ni movernos”, explicó Sofía Orlandi
Hoy surge un problema con respecto a la cobertura del estado en materia de derechos de los animales, porque nos encontramos con una importante quita de recursos en todo el país y por todos lados. Esto supondrá, por ejemplo, que el tope de castraciones mensuales bajará a la mitad: “Nos reunimos con el presidente comunal y su equipo. Nos atendieron muy bien y llegamos a un acuerdo. Hay prioridades. Entendemos que el presupuesto se debe achicar, pero al menos queremos garantizar que las urgencias están. Hay que colaborar, no quejarse de la Comuna o de los que hacen. Hay que involucrarse en la causa. No alcanza solamente con notificar o avisar. Lo fundamental es la ayuda económica. Nosotras la sacamos de nuestro bolsillo, renunciando a las salidas y poniendo lo que ganamos en el proteccionismo. Somos así, y traemos nuestra angustia a nuestra casa”, informó
Las cosas están cada vez más caras, y cada vez es más complicado para las proteccionistas responder a los problemas personales de su vida cotidiana y atender al mismo tiempo a los crecientes casos de animales abandonados, maltratados o simplemente de la calle: “Pensaba que era un pueblo tranquilo. Me equivoqué. Cada vez estoy más grande y tengo mis proyectos de vida, pero cada vez hay más trabajo. No tenemos una página, porque no queríamos armar un grupo, porque si hay algo armado, es peor porque la gente llega con más problemas y menos soluciones. Cuando llegan a sacar turno y cuando van a castrar no dejan nada en las colectas. Pero esto que se pide como colaboración no es para la Comuna, sino para los gastos que tenemos como proteccionistas, con tanto trabajo. Nunca faltamos cuando alguien necesita, pero nunca hemos recibido nada, porque no lo hacemos por la plata, sino por los animales. Asistimos por el animal, no por la persona”, finalizó Sofía Orlandi
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