Jesús y el leproso
11/02/24 8:28 | Locales
'Un leproso le salió al encuentro a Jesús, de manera inesperada. Y cómo hemos escuchado, una persona así era considerada impura y pecadora y debía sufrir tres aspectos muy dolorosos en su vida: el dolor físico, dado que era una enfermedad muy dolorosos, y lo segundo era que debía estar aislada, privada del afecto de sus familia y amigos, viviendo en lugares desiertos. Pegando gritos para que nadie se acercara. Un dolor terrible, de la enfermedad y de la separación de su familia y amigos. El tercer aspecto es la incapacidad de poder rendirle culto a Dios, porque no podían asistir a ningún culto.
Este leproso sabe que no puede acercarse directamente a Jesús, así que se arrodilla frente a él. Le dice que si quiere puede sanarlo. Depositó en Jesús toda su Fe y su confianza. La respuesta inmediata de Jesús es 'Si quiero' y esto se puede aplicar a cada uno de nosotros en nuestra vida: él quiere sanarnos, pasando por alto las limitaciones. Es movido por la compasión, porque para él, lo más importante somos nosotros.
Jesús se detiene en la vida para decirnos que quiere. Nosotros se lo impedimos. Finalmente le dice al leproso que no diga nada, pero el milagro y la alegría que supone era muy grandes.
Nosotros debemos sentirnos amados y queridos, integrandonos sanados en la comunidad. Debemos entender qué nos pide la Iglesia hoy, acorde a las palabras del Papá: una Iglesia que sale, que camina para acompañar en el dolor y en el sufrimiento, para ser buenos Samaritanos y para llevar a Jesús. Una Iglesia que se conforma con estar encerrada y rezando está muy bien, pero hay que complementarlo con una que va, en comunidad, al encuentro del hermano'
Notilagos