El amor en su forma más pura
15/08/13 23:51 | Sociales
Hace unos días, un “alguien” que tal vez pueda ser un “ALGUIEN”, me envió “chuick chuick” en un mensaje.
Primero sutil, tierno, dulce y ¡eran dos! De a poco, en mí, fue cobrando significado y entonces emergió “el beso”. Ese beso que, cargado de sentido, a veces es ternura, cordialidad, afecto… y más encendido, es pasión, sensualidad o desenfado. ¿Cuándo es lo más? Cuando provoca el encuentro y se satura de entrega. Entrega que al dar recibe y sella un instante de plenitud.
La mamá y su bebé; él y ella; una pareja; dos que se aman; un mimo en la necesidad del otro. Se da en los animales y entre humanos dice más.
Es efímero y perdura. Como todo lo simple, vale por su autenticidad. Activa los cinco sentidos, la intuición y más allá de las hormonas, vuela en emociones e imaginación.
En la antítesis, el traidor beso de Judas que es fácil de detectar por su falsedad.
Me quedo en el verdadero beso, deseo enfatizar lo que produce y comunica y, como un beso de los mismos labios, la palabra. Esa palabra que emana desde el interior y con discreta emoción y respeto desgrana significados acerca de lo que ocurre, nos pasa, sentimos, anhelamos, reflexionamos, nos preguntamos…
En este espacio voy a expresarme y si me permites llegar a ti con esa entrega incondicional, voy a abrir lo que pienso a tu deseo de compartir y recrear.
Como “besitos” para el alma y la razón, que incentiven la pregunta y la búsqueda para dar juntos, un pasito más.
Graciela CAIOLA_- Lic. en Cs. de la Educación