El televidente no puede perder la brújula.

El televidente no puede perder la brújula.

Contar todo y decir nada

Las batallas mediáticas en la tele se libran en el terreno de lo metanlinguístico, lo que está más allá de la palabra dicha

03/06/14 13:14 | Nacionales

Nos acostumbramos. Las batallas mediáticas en la tele se libran en el terreno de lo metanlinguístico, lo que está más allá de la palabra dicha. Mariana Antoniale denuncia amenazas de 'alguien que no puede decir', Rial se refiere a la ruptura con su ex pareja por motivos que 'prefiere no mencionar', pero si aludir o Evelyn Von Brocke amenaza contar 'cosas' que prefiere callar. El televidente debe codificar, leer entre líneas, entender ironías, conocer relaciones pasadas. Y donde la información pierde terreno entra la especulación. La especulación espectacularizada.

En Intrusos Jorge Rial y Luis Ventura, posicionados como protagonistas de sus propios melodramas televisados, libran sus contiendas personales poniendo más potenciales que los acostumbrados. Mencionan vínculos y situaciones que los involucran dejando más sugerencias que certezas. Rial se refiere a su ex novia pero aparece de forma tácita, Ventura habla de su supuesta paternidad sin mencionar a la hipotética madre, Rial llama 'zorra tucumana' a 'alguien' y el público debe responsabilizarse en saber a quién se refiere ¿No lo sabe? Los culebrones mediáticos exigen atención, y no despistarse con sus capítulos.

Maestros del llamado 'chimento enigmático' sin título, la patria mediática sabe que es mejor insinuar que afirmar. La certeza es completa, no deja espacios. La insinuación , en cambio abre un campo prolífico para que las teorías, conjeturas, versiones y testigos florezcan. Opina Tinelli, opina Loly, opina Marcela Tauro, opina el bailarín de Loly, opina la amiga que la conoce de toda la vida, opina su peluquero que es quien mejor la conoce.

El espectador para, digamos, ver ShowMatch debe saber que Yanina Latorre está enfrenada con Evelyn Von Brocke desde los tiempos de Más Viviana. Que la rivalidad entre ambas hizo que las dos sean las contratadas para el certamen de baile y que una, mediáticamente, necesita de la otra. Después estuvo la eliminación de Von Brocke que se fue denunciando a su archienemiga y culpándola de 'cosas que mejor callar' sobre la relación que tenía la esposa de Diego Latorre con su bailarín. Eso no dicho puede ser: una infidelidad, malos tratos, un pacto satánico.

El televidente no puede perder la brújula. A ese juego de omisiones y aludidos juega la tele.

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