Los periodistas chimenteros toman de su propia medicina
05/06/14 12:30 | Nacionales
Sumergidos en un sobre protagonismo al que abrazaron, Luis Ventura y Jorge Rial siguen trayendo a la televisión novedades a sus culebrones de no ficción. Los periodistas de Intrusos abandonaron las intimidades de los otros para ser los difusores de sus propios milagros y miserias. Y los derrapes que alguna vez criticaron en otros, son los mismos que hoy cometen como figuras centrales.
Ventura y Rial, los especialistas en la vida privada de la farándula, fracasan ante las cámaras cuando quieren delimitar el alcance de su imagen pública. Entonces, los excesos. Ventura contando cómo le pidió 'interrumpir el embarazo' a la que era su amante. Ventura contando que su amante se había hecho abortos de otros famosos, pero con el 'no quiso hacerlo'.
Intrusos se ha vuelto el escenario de las catarsis diarias de sus cabezas. Es Rial, y no otro, el que reporta su estado sentimental y familiar tarde a tarde. Reacciona ante los dichos y los hechos de su ex pareja que involucran a sus hijas, pero naufraga cuando busca alejar a las menores del campo de guerra.
Para ellos lo contado un día, puede cambiar al siguiente sin advertir contradicción. Con un discurso a prueba de todo han sabido tejer su propia fábula, la que cuentan a sus televidentes, la del hombre débil y las mujeres malas. Las 'busconas de prensa', las que creían conocer.
'Si me invitás a tu casamiento, no esperes que falte a tu divorcio', repiten como máxima los hombres que hicieron de Intrusos el lugar por donde pasa el chimento argentino. Con esa máxima Rial y Ventura son consecuentes. El precio de una visibilidad que aceptaron sin concesiones, por exigencia del medio o por ego. Porque eso es la fama y nadie mejor que ellos conoce de qué se trata.
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