Hoy es el gran final
07/07/14 11:18 | Nacionales
Pudo con ShowMatch y a la tarde se llevó puesto a Implacables y Cuestión de peso, que tuvieron que abandonar sus horarios. Hoy llega a su fin con un cierre en el Luna Park, la extranjera que conquistó patria ajena con una fórmula clásica y un gran presupuesto.
Creer que Avenida Brasil se convirtió en el programa más exitoso de la televisión de este año por su magnitud de 'super producción' es menospreciar no solo al producto, sino además al público. Porque a pesar de la friolera cifra de 45 millones de dólares de inversión, la telenovela de la Rede Globo funciona por su carácter de gran culebrón moderno: historias adictivas con límites difusos entre los 'buenos' y los 'malos'.
Aquí también hay una mucama, como en Muñeca brava o María, la del barrio, pero Nina/Rita (Débora Falabella) no es otra sufrida hija de la miseria. Avenida Brasil es parte de una corriente en las telenovelas brasileñas que se plantean como una relectura del género que domina Televisa. De allí que esta heroína tenga mejores cosas que hacer que llorar frente a un espejo por amor y planifique una venganza digna de las malvadas aztecas.
Esa capacidad para no caer en el lugar común es agradecida por el espectador, porque vuelve el ver ficción en la pantalla chica como una experiencia susceptible a la sorpresa. Un punto más allá del argumento harto conocido, sin atentar contra un género que tiene lineas más o menos fijas. Porque Avenida Brasil es João Emanuel Carneiro, su autor, el gran mago detrás del truco en un mercado donde la figura del guionista tiene un peso superior a la del productor.
El culebrón será la primera ficción importada en tener su desenlace con público en vivo y la presencia de sus actores en un espacio como el Luna Park, repitiendo la hazaña de Dulce amor, Graduados, Vidas robadas y Resistiré. Señal nada menor que en apariencia no repetirán otras compatriotas suyas como Insensato corazón o La guerrera, la prueba de que los éxitos guardan fórmulas tan secretas como irrepetibles.
La atracción que despertó Avenida Brasil deberá ser analizada por la industria televisiva argentina como un momento para repensar nuestra forma de hacer negocios. Este final no debería pasar desapercibido para quienes crean el mercado de la televisión local. La alegría es solo brasileña, lo más visto de Argentina es importado.
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