T de transgresión

Mucho antes de la ley de identidad de género, en la post dictadura nuestra televisión ya pateaba las fronteras de la buena moral. Cris Miró fue la primera que abrió una puerta, por la que entraría luego De La V, como la encarnación de la incómoda bomba sexual en la tele de los noventa

26/09/14 11:48 | Nacionales

Mientras la conservadora televisión de Estados Unidos analiza la irrupción de la transexualidad como tema en sus pantallas, con la actriz Laverne Cox del éxito Orange is the new black a la cabeza, por estas pampas el escándalo parece superado. A nadie asusta el lugar que tienen Lizy Tagliani y Florencia De La V. Hasta Tinelli y su show coquetean con su lado femenino al ritmo del femme style.

Si se trata de romper prejuicios y animarse a temáticas sensibles la TV estadounidense ha demostrado que en eso no basa su liderazgo. Que a la hora de sentarse en torno al televisor todavía el público, y por supuesto quienes construyen el negocio, se hermanan con sus ancestros, los peregrinos que huyeron de la descocada Europa para fundar una tierra puritana. Desde Inglaterra, Australia, España e incluso desde Latinoamérica, en especial Brasil y nuestro país, las pantallas se arriesgaron a correr los límites.

Hoy es tema de debate en el país del american dream la irrupción de Laverne Cox, actriz transexual que saltó a la fama por el hit de Netflix Orange is the new black, como un señal del cambio. Halagada por la crítica y funcional al star system de belleza, Cox se volvió el paradigma de la visibilidad de los invisibles. Inclusión o exotismo enmascarado de corrección, en el 2014 la realidad en nuestro país parece pintada por otros colores.

Lizy Tagliani como figura y nuevo hallazgo de Tinelli en ShowMatch le puso su verdad a la TV, matizándola con el humor que siempre hace digerible lo que puede resultar polémico. La carrera de Florencia De La V aparece como un ejemplo extraño, pero digno de celebrar si se trata de aperturas mentales: este año fue figura de Tu cara me suena y por dos años se lució como conductora al mediodía de La pelu perfilando su rol de madre y esposa. En esa lógica Florencia fue figura del canal de la familia. Una cachetada al conservadurismo.

Y si quedaba duda que resistirse al cambio es la negación de los dinosaurios ante la existencia del meteorito, ShowMatch y Tinelli se sacudieron las acusaciones de larga data de misóginos, machistas y homofóbicos, bajo el baile del femme style. Los hombres de Ideas del sur, incluido por supuesto su creador, se atrevieron a sacar a relucir su parte femenina montados en zapatos de taco alto. Con esta danza ultra moderna como gesto, el programa más exitoso de la TV puso en jaque la 'cultura de los machos', la que dicta la superioridad del hombre y la humillación de ser mujer.

Mucho antes de la ley de identidad de género, en la post dictadura nuestra televisión ya pateaba las fronteras de la buena moral. Cris Miró fue la primera que abrió una puerta, por la que entraría luego De La V, como la encarnación de la incómoda bomba sexual en la tele de los noventa. El caso de Mariela Muñóz, presa por criar como hijos a tres menores, llegó a todos los medios por esos mismos años y hasta tuvo un capítulo del unitario Sin condena con Ulises Dumont. Mariana A en el aclamado Tumberos y más cercanos en el tiempo, Camila Sosa Villada en La viuda de Rafael y la trans que encarnó Juan Pablo Geretto en Los vecinos en guerra.

En esta materia, sin los presupuestos millonarios de nuestros vecinos del norte, Argentina transgredió la norma.