Roberto Funes - Pipo Pescador
13/10/14 11:06 | Nacionales
He sido duramente discriminado por mi edad (68) por un notero que me ha tratado de 'viejo choto que atrasa' refiriéndose a una nota que me estaban haciendo en el piso de un canal de televisión y le demoraba su participación desde la calle.
No guardo rencor por el notero, que tampoco es ya tan niño, sinó quiero dejar una reflexión a la sociedad en relación a la temática de la edad y a la histeria colectiva que nos domina respecto de ella.
Yo salgo constantemente al extranjero y nunca he visto tan acentuada esa tendencia a desvalorizar o valorizar directamente a las personas por el tiempo que lleven en esta vida, como en nuestro país.
La juventud o la vejez es una cuestión de perspectiva; veinte años no garantizan ni felicidad ni plenitud y setenta años no traen necesariamente decadencia e invalidez.
Cuando el notero en cuestión tenga mi edad, espero que esté como estoy yo, lleno de proyectos con mis tangos, por publicar mis obras completas para niños, viajando y trabajando por mi felicidad y la de los otros. A Cocó Chanel le preguntaron cuántos años tenía y ella respondió: según el día.
Siento que el notero es mayor que yo porque divide a la gente entre viejos y jóvenes seguramente y con esa aritmética se pierde un fulgurante desfile de artistas, científicos e intelectuales que para él son 'chotos' porque no tienen veinte años.
Ser joven no es ninguna virtud y ser viejo ningún delito. Simplemente el tiempo pasa y la gente evoluciona o involuciona. Eso es una responsabilidad directa de las personas, no es una imposición de los años. Sarah Bianchi, mi entrañable amiga, llevaba adelante su museo de títeres y dirigía las visitas guiadas de las escuelas con casi noventa y además lo hacía muy bien.
Seremos mejores cuando podamos convivir en paz e intercambiar experiencias entre jóvenes y viejos para enriquecernos. Somos un poquito peores cuando tratamos de dañar al otro, culpándolo por haber nacido antes.
Pipo Pescador