Se realizaron varios estudios y documentales sobre los crímenes.
27/11/15 12:53 | Nacionales
Hace 19 años atrás, en un día frío de invierno, en julio de 1996, bajo un puente, encontraron un cuerpo desnudo y sin vida. Fue en la ruta 226 y ese cadáver luego sería identificado como el de Adriana Jaqueline Fernández, una uruguaya de 27 años que trabajaba como artesana en la ciudad de Mar del Plata.
El caso quedó inconcluso y fue el primero de una serie de crímenes jamás resueltos. Desde ese entonces sobrevuela el fantasma del criminal nunca atrapado, denominado el “Loco de la Ruta”.
Ese año, fueron en total cinco las mujeres asesinadas y todas trabajaban ofreciendo servicios sexuales en la calle o en prostíbulos de la zona. El mecanismo del crimen era el mismo: las estrangulaban con un lazo, aparecían sin sus ropas al costado de algún camino costero, y en muchos casos habían sido mutiladas.
RECUENTO DE CASOS E HIPÓTESIS
En éstos últimos 19 años, desde la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR) registraron por lo menos 34 asesinatos, de los cuales 15 ocurrieron en Mar del Plata, y que hoy se los denominados femicidios, hacia trabajadoras sexuales en todo el país. Estos crímenes presentan algunos patrones similares: hostigamiento, amenazas, torturas salvajes y muerte. Y nada es casual.
“El relevamiento que realizamos demuestra que no estamos ante casos aislados o “loquitos sueltos”, como aquel “loco de la ruta” que asesinaba trabajadoras sexuales en Mar del Plata y que no era un loco suelto sino una institución completa que viste uniforme y que sigue siendo nuestro principal proxeneta.
Hasta la fecha solo 3 casos obtuvieron condena, por insistencia permanente de AMMAR-CTA, dos de ellos con cadena perpetua, el resto han tenido penas irrisorias, no ha habido proceso o los imputados fueron dejados en libertad.
De la larga lista de crímenes que aquí se presenta evidencia un entramado de sistemáticas violaciones de los derechos humanos. Al respecto desde AMMAR aseguran que “este registro evidencia la selectividad del sistema penal que deja libres a los asesinos de trabajadoras sexuales, pese a contar prácticamente en la totalidad de los casos con pruebas contundentes”.
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