.Crimen y horror en Dolores: una mancha de sangre complica a los jóvenes detenidos

Los principales sospechosos tienen 18 y 21 años.

12/07/17 13:06 | Nacionales

Los vieron nerviosos y contradictorios. Cuando la Policía les preguntó por el paradero de su amigo Claudio Ayuso (18), el domingo dijeron que habían estado con él pero que se despidieron normalmente y cada uno fue a su casa. Sin embargo, los investigadores vieron una mancha morada en la ropa de uno de los jóvenes. Y esa marca los llevó a prisión.

Dos jóvenes de 18 y 21 años, amigos del barrio de la víctima, están detenidos por el crimen macabro de Ayuso, quien apareció muerto con signos de abuso sexual en una cámara de un frigorífico abandonado en la ciudad bonaerense de Dolores. De ser hallados culpables podrían recibir hasta una pena de prisión perpetua. Sin embargo, la fiscal del caso Verónica Raggio, aclaró a Infobae que todavía 'resta investigar mucho'. Por lo pronto, los detenidos, ya formalmente imputados, se negaron a declarar.

Raggio pidió una serie de pericias. La prueba clave, al menos por ahora, sería una mancha presuntamente de sangre en la ropa de uno de los dos sospechosos. 'Tenemos que evaluar que sea hemática, pero creemos que es posible', comentaron fuentes de la investigación.



El cadáver de Claudio Javier Ayuso fue encontrado adentro de una fosa de aproximadamente un metro por un metro y cincuenta centímetros de profundidad en la parte trasera de un frigorífico abandonado, ubicado en la calle Cerrito, entre Marconi y Avellaneda. ¿Cómo llegó hasta allí la Policía? Porque los detenidos, antes de entrar en condición de sospechosos, le contaron el lunes a los investigadores que habían estado bebiendo alcohol con otros amigos, y con Ayuso, en dos plazas de Dolores durante lo que sería la madrugada del sábado, y que en la esquina de Cerrito y Marconi se despidieron y cada uno fue para su casa.

Ese mismo lunes, cerca de las 15, agentes de la DDI de Dolores hallaron el cuerpo de la víctima y volvieron tras los pasos de Francisco Andrés Miño (18) y Matías Davis López (21), atentos a que habían estado nerviosos y contradictorios durante su declaración testimonial. Primero fueron aprehendidos y luego la fiscal Raggio pidió formalmente su detención.

La búsqueda de Ayuso comenzó el domingo 9 de julio cuando su mamá, Verónica Orlandelli, denunció su desaparición. Lo había visto por última vez el viernes a la noche en una cena familiar. De allí, alguien lo llevó hasta la casa de uno de los dos detenidos (no trascendió cuál) y su familia no supo más nada.

Lo buscaron en el hospital de Dolores, en remiserías de la zona, y luego comenzaron a indagar en los allegados a la víctima. Su madre en un momento pensó que Claudio se había quedado a dormir en la casa de Miño. Varios de los jóvenes que estuvieron con Ayuso la madrugada del sábado dijeron que los últimos que habían quedado con él habían sido Miño y López, cerca de las cuatro o cinco de la madrugada. 'Hemos ubicado el hecho en la madrugada del 8 o hasta del 9', explicó a Infobae la fiscal Raggio.

Es que la primera autopsia sobre el cuerpo reveló que el crimen fue cometido hasta 36 horas antes del hallazgo, aunque las condiciones climáticas en la cámara donde fue encontrado Ayuso podrían haber conservado el cuerpo, por lo que los investigadores no descartan que pudiera haber ocurrido incluso antes. El cadáver presentaba golpes en la cara y el tórax; estaba semidesnudo y cubierto sólo por un calzoncillo y un par de medias blancas. Las pericias indicaron que fue abusado sexualmente, 'con acceso carnal'. Raggio aclaró las versiones que indicaban que Ayuso había estado en el recital que el domingo dio Abel Pintos en esa ciudad: 'No. Esto fue antes'.

Según contó a este medio la fiscal, Ayuso y los sospechosos 'eran conocidos y con uno de ellos tenía un grado de amistad' pero todavía los investigadores no pudieron precisar más detalles sobre la relación de los detenidos con la víctima. 'Se incautaron elementos que van a ser periciados. Y no descartamos que haya más implicados', aclaró la investigadora.

'Con Miño eran amigos pero con López se conocían, y en abril, con él habían tenido una pelea, pero no sabía que se juntaban. Nunca pasó nada. Los chicos venían a tomar mate, no me imaginaba que pudiera pasar. No sé si fueron ellos pero quiero que se haga justicia', comentó Verónica, la mamá de la víctima.