Una postal del ayer
19/11/17 11:03 | Locales
Alberto Castellani repartió diarios en la comunidad de General Lagos desde el año 1976 hasta el 2003, es decir, en un contexto en el que no había muchas vías de acceso a la información y por ende la lectura de los periódicos era un hábito muy extendido en la localidad.
Hoy la realidad es muy diferente a la de aquel entonces y la información impresa pierde terreno frente a las noticias presentadas en plataformas digitales.
La nieta de Alberto, Laura Favaro, repasa la historia de un hombre al que aún hoy se lo recuerda con cariño: “Comenzó en el año 1976 vendiendo diario “La Tribuna”, luego compartió el reparto del diario “La Capital” con Elio Gigli hasta que se quedó con el total del reparto”.
Alberto se levantaba muy temprano ya que debía ir a buscar algunos periódicos a la garita ubicada sobre Ruta 21 y otros al peaje, luego volvía a su casa y junto a su esposa y fiel compañera los armaban ya que en esa época venían separados por sección, posteriormente comenzaba a repartirlos por el pueblo con la asistencia de su hijo Juan quién los distribuía en la playa de estacionamiento de Louis Dreyfus y en el camping Guillermo Tell.
Laura también destaca la parte de esta historia en la que en 1981 su tío Juan debió hacer el servicio militar y que debió ser reemplazado por su papá Ariel.
Este canillita tenía sus paradas claves, que su nieta recuerda perfectamente: “La principal era la verdulería de Navarro donde hoy funciona el gimnasio, allí no sólo vendía algunos ejemplares sino que también se hacía un tiempo para charlar con José Navarro, Ricardo Cecchini, Nene Monza, Nelo Nucci, y algún otro que se sumaba ocasionalmente, también paraba en el tapial de Mideo y dialogaba con Lito Mideo, Chinin Farina, y Armando Nardoni, los domingos hacía lo mismo en la puerta de la iglesia “San José”.
También recordó que a determinadas personas debía entregarles el diario lo más rápido posible porque si no no podían leerlo ya que comenzaban la jornada laboral muy temprano, como por ejemplo: ´Tino´ Delbono; Osvaldo Mauloni (Pito) y Juan Carlos Nucci.
El reparto de La Tribuna; La Capital; Clarín; Nación; Popular; Ámbito Financiero y Crónica; lo comenzaba aproximadamente a las cinco de la mañana y lo finalizaba al mediodía y, por la tarde, los vendía en su casa, el que más salía era La Capital de Rosario.
Su nieta destacó: “Nunca dejo a nadie sin su diario ya que cumplía con su reparto sin importar el clima y si llovía los ponía adentro de una bolsa para que no se moje, lo hacía en su bicicleta, muchas veces me sentaba en el canasto, yo habré tenido tres o cuatro años, lo acompañaba a repartir y recuerdo que gritaba ´iaio, iaio´, nunca voy a olvidar esa infancia tan feliz”.
La gente advertía la presencia de Alberto cuando apoyaba la bicicleta sobre la pared o por los ladridos de los perros: “muchas veces peleaba con la perrita de Gabriela Rabitti (´la Moni´) porque le impedía acercarse para dejar el diario”, recordó entre lágrimas de emoción Laura Favaro, quién por todo lo expresado se atreve a afirmar muy orgullosa: “Hubo muchos canillitas pero ninguno como mi abuelo Alberto”.
Finalmente, expresó: “Sólo 4 días al año se tomaba un descanso, el 1 de enero, el 1 de mayo, el día del canillita y el 25 de diciembre, y si algún sábado tenia fiesta se volvía temprano para poder cumplir con el reparto del domingo. Era muy responsable, le gustaba hacerlo y lo hacía en bicicleta, todo el año en mangas cortas, y en invierno sumaba, chaleco, guantes y a veces boina”.
Andrés Vallasciani
