Abril Alejandra Sosa
16/01/18 12:59 | Locales
Su nombre es Daniel Alberto Ludueña, en agosto cumplió 35 años, está separado, tiene un hijo y una hija que no viven con él, sus vecinos afirman que solía consumir drogas, tiene fama de violento y cuenta con un antecedente por delitos sexuales.
Hasta ayer a la mañana se ganaba la vida como un albañil.
Desde anoche está detenido y acusado de haber sido quien asesinó a Abril Alejandra Sosa, la pequeña de 4 años de quien nada se sabía desde el sábado a la noche cuando, en medio de la tormenta, desapareció mientras jugaba frente a su casa del barrio General Bustos, en Córdoba Capital.
El cadáver de la nena fue hallado ayer a las 19 por la Policía: se encontraba vestido dentro de un bolso deportivo tirado en un baldío a 10 cuadras de su vivienda.
La presunción de los investigadores policiales, coordinados por la fiscal Claudia Palacios (quien hoy dejaría el caso), es que Abril habría sido raptada, llevada a la pensión donde vivía el sospechoso y allí habría sido sometida a un abuso sexual. Acto seguido, la habría ahorcado con sus manos para evitar ser denunciado.
RELACIONADAS
Quién es el detenido por el asesinato de Abril Sosa
El paso de la desesperación de la búsqueda al dolor infinito por Abril Sosa
Ludueña, el acusado, no sólo vivía a 50 metros de la casa de la familia Sosa. Según fuentes de la causa, el hombre era amigo del papá de la nena asesinada.
Fue Ludueña quien, ayer a la tarde, ya demorado en la Jefatura de Policía, terminó admitiendo el asesinato y brindó datos sobre dónde estaba el cadáver, según indicaron fuentes calificadas de la causa a La Voz. “Se quebró y dijo que la violó y ahorcó”, coincidieron tres voceros de la causa.
Su confesión, a los fines legales, no tiene validez procesal.
De acuerdo con la reconstrucción provisoria de la causa, Daniel Ludueña habría llevado bajo engaños a Abril a la pensión, donde vivía, en calle Tissera al 483. Antes lo vieron comprando un lápiz labial y unos aros.
Allí, siempre de acuerdo con las sospechas, la habría metido en su pieza y habría abusado de ella o intentado hacerlo. Las pericias forenses no están listas.
Tras el ataque, ocurrido entre la noche del sábado y los primeros minutos del domingo, el acusado habría llamado desde su celular a un taxi y así habría trasladado el cuerpo de Abril dentro del bolso.
Ya en la oscuridad de la noche, aprovechando que no había nadie cerca, dejó el cadáver y regresó.
Ataque sexual
La principal teoría de la fiscal Palacios es que Abril fue víctima de un ataque sexual seguido de muerte. De hecho, así lo admitió anoche la funcionaria, tras descartar la hipótesis que ella misma había dejado trascender a la mañana sobre “un ajuste de cuentas vinculado a las drogas”.
Para los pesquisas y para la fiscal, esa supuesta venganza narco ya no tiene ningún sustento.
Ludueña va a ser imputado, en principio, por homicidio criminis causae: matar para lograr la impunidad. La pena para ese delito es la prisión perpetua. Podrían agregárseles otros delitos.
Cercado
El nombre del sospechoso comenzó a ser manejado ayer a la mañana, luego de que vecinos señalaran haberlo visto supuestamente la noche de su desaparición. Sus antecedentes de violento y consumidor y fama de acosador lo pusieron en el ojo de la tormenta.
Los investigadores lo ubicaron y, a poco de ser interrogado, entró en contradicciones sobre qué hizo la tarde noche del sábado.
Los perros de la División Canes marcaron rastros de Abril en la pieza donde vivía en la pensión.
Fue llevado a la Jefatura, donde se “quebró” y admitió todo.
¿Nadie oyó nada? Anoche, mientras un grupo de vecinos atacaba su casa a pedradas, muchos se preguntaban cómo fue posible que nadie viera u oyera el ataque.
Víctima. Abril Alejandra Sosa (4) era la quinta de seis hermanos. Vivía con sus padres en un domicilio de barrio General Bustos. Desapareció del frente de su casa el sábado a la noche, en medio de la tormenta.
Estrangulada. Fue encontrada asesinada dentro de un bolso deportivo. La presunción es que fue estrangulada de manera manual.
La Voz