Fernando Ratto.
05/12/13 11:55 | Nacionales
'Me saqué y les pegué un par de cintazos', reconoció un hombre denunciado por agredir a los compañeros de su hijo para que durmieran, durante un pijama party en su casa de la localidad bonaerense de Punta Alta.
El padre agresor, Fernando Ratto, un panadero de esa localidad cercana a Bahía Blanca, fue acusado por la madre de un chico de 10 años que participó del festejo llevado a cabo hace unos días. 'Ya era tarde y les advertí varias veces que dejen de hacer lío, me saqué y les pegué un par de cintazos', explicó.
Según informó el Diario Popular, el caso trascendió, primero por las redes sociales y los medios locales, luego que María Lorena Villar lo acusara por el incidente y lo denunciara ante una fiscalía. La joven es madre de Joaquín, quien fue golpeado durante aquella madrugada junto con otros tres compañeritos de colegio de entre 10 y 11 años. Uno de los niños golpeados en la ocasión presentaba una laceración en su espalda.
El hijo del panadero había invitado a sus compañeros de clase a dormir a su casa de Punta Alta ya que esa noche celebraba su cumpleaños. Pero avanzada la madrugada Ratto les pidió que se callaran y se durmieran y, como no le hicieron caso, les pegó con un cinturón.
La madre denunció que 'fue una noche de terror para nuestros hijos' al recordar que el hombre les pidió a los chicos que se fueran a dormir a la medianoche porque ya era tarde. 'A la una y media volvió y los amenazó con que les iba a pegar con un cinto. Los chicos, atemorizados, empezaron a rezar y siguieron charlando en voz baja. A las 3 se levantó furioso y les pegó', recordó.
La mujer agregó que su hijo está atemorizado y que 'está bajo tratamiento' y que uno de las víctimas 'tenía una marca en la espalda. No puedo parar de llorar. Ya está la denuncia y todo elevado a la fiscalía'.
A su turno, Ratto minimizó lo sucedido al ser consultado por la prensa local, 'ya era tarde y les advertí varias veces que dejen de hacer lío. Me saqué y les pegué un par de cintazos', indicó.
Admitió que 'hablé con los padres y les pedí disculpas. Los chicos no se calmaban y les advertí tres veces que había que dormir porque ya era tarde. A las 3 de la mañana, me enojé y reconozco que estuve mal, me saqué, fui y les pegué un cintazos para que se durmieran'.
Sin embargo, aclaró que 'esto no fue una noche de terror ni nada, los chicos se durmieron y al otro día siguió el cumpleaños. Jugamos al fútbol, al ping pong y les hice hamburguesas. No hubo ni enojos ni planteos, incluso uno de ellos reconoció que habían estado mal. Los chicos estaban bien, el lío lo armaron los padres'.
Al ser consultada por los dichos del acusado, Villar dijo que 'se justificó diciendo que nuestros hijos eran unos maleducados. Pero a su hijo (hijastro en realidad) no le pegó. A mi hijo le dio cuando se estaba yendo para atrás para evitar el golpe', dijo finalmente.
Ámbito.com