Nacho Perez Cortes
19/09/19 11:00 | Locales
El comienzo de Pequeña Victoria, la nueva tira de Telefe, obtuvo elogios por poner en el centro de una ficción con temáticas de actualidad que siguen generando controversia como la subrogación de vientre, siendo la periodista Marisa Brel, quien se convirtió en madre gracias a este procedimiento, una de las voces críticas, más allá de celebrar de que se trate la temática en el prime time de la TV argentina. 'Mostraron cosas que acá en la Argentina están prohibidas', remarcó, haciendo referencia al personaje de Julieta Díaz, que decide alquilar un vientre para ser madre. Y agregó: 'Una carrier -la persona que lleva el bebé en su vientre (rol de Natalie Pérez)- no puede serlo por capricho o por dinero, sino que tiene que haber sido madre anteriormente. Si no pasó eso un psiquiatra no la puede aprobar para que sea mamá subrogante'. Érika Halvorsen, a cargo de los libros junto a Daniel Burman, dio su visión sobre las polémicas que avivó.
'Creo que lo principal siempre es el amor y el deseo de estas mujeres por ser madres y compartirlo. Después, las respuestas hay que pedírselas a las leyes, a las políticas públicas”, aseguró la guionista en Por si las moscas, sobre el origen de la trama de la ficción.
También Érika se refirió a las críticas que se hicieron sobre Jazmín, el personaje de Julieta Díaz, una ejecutiva de alto rango que decide ser madre a través de la subrogación de vientre, presionada por un entorno de alta competencia masculina. 'Cuestionan al personaje de Julieta que no quiere quedar embarazada para truncar su carrera profesional, pero no cuestionan al sistema que si queda embarazada la despide o le impide su ascenso', aseveró contundente la escritora.
La autora de la tira también se refirió a la ruptura que vive la sociedad de ciertas estructuras que están en pleno cambio: “La familia es una institución que ha hecho mucho daño”, señaló, provocativa, y analizó a las protagonistas de Pequeña Victoria y cómo hoy los personajes femeninos son encarados. 'Con lo que rompemos es con las mujeres esperando y siendo salvadas por un hombre. Después, las historias de amor están en todas partes', marcó.
'Lo que se acabó un poco son las terceras en discordias de los melodramas, la cultura de la pureza, que la heroína romántica no sea sexualizada y que tiene que estar enamorada para llegar a la escena de sexo, que la villana sea la única sexuada', expresó Érika Halvorsen, que fue guionista de Amar después de amar y de la película Desearás al hombre de tu hermana.
Ciudad Magazine