Nelson Ricardi junto al periodista Andres Vallasciani
03/01/20 12:50 | Locales
Nelson Ricardi es un verdadero precursor, en los festivales regionales y en los de la localidad de General Lagos. Comenzó en Arroyo Seco y actualmente cuenta con una vasta experiencia, con muchísimos contactos y con mucho camino recorrido. En un principio, inició a muchos personajes prominentes de los medios actuales.
Como sucede a menudo, los verdaderos genios que impulsan y promueven grandes eventos pasan desapercibidos, por algún que otro enfoque mediático, o por cuestiones políticas. En este caso sucede así, porque quién está detrás de los festivales en la localidad de General Lagos no es nada más ni nada menos que Nelson Ricardi. Él sería el artífice de todo, a pesar de haber quedado relegado al lugar del desconocimiento: “Esteban Ferri y César Gigli no me tienen en cuenta. Son ingratos, definitivamente. Con César soy amigo de años. Cuando arranca el primer festival, me convoca a mí Chiche Franceschini, quién era el presidente de la Cooperativa de Trabajo. Quería hacer un festival, el primero, en la esquina de lo que es el bar de Ricci, en la calle, se pidió el escenario de Pasacalle, y el sonido a Sergio Ricci. El primer festival que le organicé completo. Y gustó. Para el segundo año, e llamó Oscar Ferri, me pidió que lo haga y que no gaste mucho, algo austero. Se hizo en el predio del ferrocarril. En ese momento, César Gigli estaba en el área de cultura, y lo hicimos en conjunto. Llevé gente como Coti, Los Palmeras que llevé dos veces, Mario Pereyra, grupo Aclamado Amistad, varios humoristas. Luego, en el último año, en la casa de Oscar, que me volvía a convocar, veía a su hijo Esteban entrar y salir. Oscar en todos los años me daba las mismas indicaciones: que él no entendía nada, que me encargue yo, pero que trate de no gastar. El que estuvo a la par mía en todo fue Sergio Ricci. Últimamente no fui más a los festivales. También organizaba bailes ahí, en el Club Libertad, en lo que eran los inviernos, porque yo intentaba, cuando podía, expandirme fuera de Arroyo Seco. Esos bailes eran siempre un éxito. Los pasacalles que se veían tres semanas antes del festival, los hacía yo y salía a colgarlos de noche o a la madrugada. Antes no había redes sociales, así que la teoría era que había mucha gente que salía a la noche y los veía. Después era más difícil difundir. También se usaban mucho los volantes, y la publicidad rodante. En cuanto a la la financiación, se hacía con los comercios y con los bares a los que se les cobraba algo, porque se beneficiaban bastante, La publicidad nunca faltaba, porque para los festivales todos hacían. Un año llegamos a tener publicidad de ciento veinte empresas, y tuve que decirles a los chicos que no levantaran más. Nunca se pudo repetir eso con tanto éxito, aunque Franco Turri parece que lo está haciendo bastante bien, digamos. La municipalidad siempre colaboró, pero nunca tuve dinero. Pedro Spina era un tipo de palabra, me llamaba para charlar, yo le pedía a SADAIC y a tránsito. Me pagaba eso, y el resto me arreglaba yo”.
Nelson reconoció que le era muy difícil delegar. Y al cambiar los gobiernos, cambian las condiciones y las circunstancias, y había que adecuarse a eso. Recordó que los Palmeras siempre fueron un furor, y que en el año 2000, en un aniversario importantísimo de los diez años de festival, fue un furor completo: “Me decían que era una locura, que no iba a saber a dónde meter a la gente. Era terrible. Yo he filmado gente arriba de los árboles, subida a los techos, encima del banco Macro. El comisario me decía que era una locura, que me iba a matar. Pero jamás hubo un incidente. Yo me dedicaba todo el día, de la mañana a la medianoche. Fue un record histórico en cantidad de gente hasta esa época”.
En General Lagos su función fue la de organizador, mientras que en Arroyo, la de productor. Ricardi contó que hasta hace tres o cuatro años les había llevado artistas a General Lagos, pero que luego fueron prescindiendo de sus servicios. Como camarógrafo de Canal 2, presenciaba las inauguraciones y las grandes transformaciones de la evolución local, ya adelantándose a la transmisión en vivo en la región, cosa difícil en esa época.
Nelson también se refirió al principal artista invitado para este festival 2020, es decir, Jorge Rojas, quién ya estuvo en la localidad de Fighiera, y también habló de los Lirios: “Yo trabajé tres veces con él. Tengo fotos con él. La experiencia es la suma de errores. Todos te piden pretensiones. Cuando fue el furor de Jorge Rojas, que fue un boom cuando se separó de los nocheros, apartándose un poco del folclore moderno, del cual eran precursores, apuntando a un género que no hacía antes. En los nocheros su voz no era la que se destacaba. Incorpora en su repertorio batería electrónica, guitarra eléctrica con pedalera y efectos. Ya no era la guitarra criolla. Eso pegó tanto que fue furor, en el año 2000. Al irse, el incorpora eso a lo melódico. Hoy no tiene tanto esa ayuda, porque su banda ya no está más, y no está tan expuesto mediáticamente. Yo estuve tres veces con él, y lo he llevado sólo, porque, por contrato, no venía con los músicos, sino que era trasladado solo. En el Hotel, tenía miles de mujeres, descerebradas por oírlo tocar. Yo desde lo de Fighiera no lo vi más. Ahí cobraban entradas, no era gratuito y habían tenido problema con los temporales. De los Lirios, son muy convocantes, claro que apunta allá un público distinto. La cumbia funciona mejor acá, el folclore más en el norte”.
Nelson aseguró que Abel Pintos es indiscutiblemente reconocido, sin dudas, y que Luciano Pereyra volvió con todo.
A menudo y con frecuencia, grandes talentos y genios son desconocidos, opacados por los medios y por la imagen absorbente de los egos políticos. Nelson Ricardi estuvo detrás de grandes festivales en la región, por años, partiendo de cero, prácticamente con todo el trabajo al hombro, sin dinero inicial. En General Lagos, deberá quedar claro que es el precursor, y cada vez que se disfruta del festival y de sus artistas, con acceso gratuito, deberá recordarse este nombre.
Andrés Vallasciani
