Sandra Tomei y su cuñada se encuentran en esa situación tras volver de Mexico

Sandra Tomei y su cuñada se encuentran en esa situación tras volver de Mexico

Numerosas familias de General Lagos en cuarentena

Exclusivo

20/03/20 18:25 | Locales

Jorge Delbono es un vecino de la localidad de General Lagos, que regresó de un viaje a Estados Unidos, que en ese momento no era un país de riesgo. Se encuentra en cuarentena obligatoria , con cuatro personas más que lo acompañaron. Al llegar a General Lagos, el tema estaba muy calado en los medios, así que se puso a disposición para ser examinado y retenido. Él contó su experiencia: “Llegamos a Ezeiza el miércoles 11 a las 07:00 A.M. Nos pusimos a disposición conociendo cómo estaba el tema en profundidad. Dejamos todo afuera y estamos aislados. Todo fue muy dinámico, y hoy no tengo trato con nadie. Yo trabajo a remoto con computadora, manteniendo una distancia de a cinco a diez metros, porque se sabe que a esa distancia no hay ningún tipo de riesgo. No hemos tenido ningún síntoma ni inconveniente, y cada día nos tomábamos la fiebre, pero vamos a cumplir con la cuarentena de los catorce días de aislamiento, como es lógico y razonable que todos hagan en estos casos. Cumplidos los 14 días, trataremos de reducir a lo mínimo la vida social, porque creo que esta es la mejor forma en que todos debemos encarar esto y cuidarnos”.
Jorge prosiguió su relato, opinando acerca de la seriedad del asunto, y la necesidad de someterse a las disposiciones del gobierno, a los controles y al aislamiento, porque es lo mejor para todos, porque las consecuencias podrían resultar nefastas: “Creo que es una responsabilidad muy grande, pero que es algo serio y que aún no empieza, porque no ha llegado todavía el invierno. Pero si todos colaboramos y respetamos, tomando las medidas necesarias de prevención, podemos atenuar muchísimo todo. Si bien hay que separar el miedo del respeto a la enfermedad, hay que tener un grado de conciencia, obediencia y responsabilidad civil, tanto España como Italia, en dos o tres semana creció drásticamente el número, de treinta infectados a miles y miles, en menos de tres semanas. Por eso es muy importante que para prevenir aceptemos lo que propone el gobierno y obedezcamos las prescripciones. Esto será combatir con el virus todo el invierno, pero la verdad es que si todos hacemos lo que corresponde, quedándonos en casa, vamos a reducir significativamente la cantidad de infectados y de muertes. Si uno contagia a otro violando la restricción, y contagia a otro, sería un cargo de conciencia muy grande, me parece”.
Luego aseguró que están totalmente tranquilos, sin dejar de ser muy cuidadosos en todo, limpiándonos bien las manos, aunque en Estados Unidos aún no estaba en estado tan crítico la pandemia. Pero es complicado no cruzarse con nadie, especialmente al regresar en el avión, donde se viaja con cantidades de gente de otros lugares. A la cuarentena que está viviendo la describió como “una prisión domiciliaria”, que permite tener contacto virtual y mantener la distancia como la forma eventual de decir que nos queremos y que nos respetamos. Contó que sus padres, habitantes históricos de la localidad, le llevan la comida, y se la dejan, y que él suele reprenderlos, porque no se están cuidando debidamente, siendo ya de edad avanzada. “Extraño la libertad de poder salir a hacer deportes y ejercicios, de salir a correr, de abrazar a mi familia, de hacer mis funciones y de andar por todos lados, y es verdad que nadie valora algo hasta que no lo tiene. Por eso también hay que disfrutar lo que se tiene cuando se cuenta con salud y con libertar. Hay muchas cosas peores, y hay que ponerle un poco de onda. Tengo comunicación por video llamada, con mi familia, y no es que está tan difícil”.
Finalmente sostuvo que el miedo nunca ayuda, y que para una persona tan sociable como él, que está acostumbrado a viajar, es muy poco lo que se pide en relación a las consecuencias que se pueden desencadenar: “La prevención es una forma de combate. Si uno compara el desastre que podemos padecer con el esfuerzo que implica estar catorce días encerrados. El costo es muy bajo para un beneficio tan alto”.
Otro caso es el de Viviana López, una vecina que realizó un viaje: El 6 de marzo partió para San Andrés, Colombia, y retornó al país de Argentina el 17 a la madrugada. Ella se mostró dispuesta a hacer la cuarentena exigida a nivel nacional, pero denuncia persecución por parte de una vecina que supuso algo que no era cierto. Y cómo se sabe, pueblo chico, infierno grande.

“Yo todavía no estaba en mi casa cuando veo denuncias de vecinos en Facebook. No se puede denunciar a alguien por algo que no hizo. Me molestó realmente la actitud de una señora que le dijo a los medios que había que fijarse, porque venía de Colombia, sin saber dónde fui, ni cuándo llego. Yo venía con amigos, y estábamos dispuestos a hacer la cuarentena, porque ni bien llegué llamé al Cic, y me dijeron que tenía que hablar con el 490222. Me atendió Betiana, muy bien, dejó línea abierta y habló con Marianela. Después me llamó la enfermera Claudia Capriccioni, y me dijo que si pueden me van a llamar todos los días, para hacer un seguimiento a ver si hay síntomas. Me dijeron que los turnos están cortados”.

Ella dejó bien claro que está más que dispuesta a hacer la cuarentena. Además, afirmó que reconoce que si bien Colombia no es un país de riesgo, porque no se conoce ningún caso, es cierto que es una situación riesgosa a nivel mundial.

Sandra Tomei, también brindó su testimonio luego de regresar de México junto a su hija, su cuñada y su sobrino, previa escala en Panamá: “Aterrizamos en la madrugada del miércoles y tras los rigurosos controles que nos realizaron en el aeropuerto, volvimos a casa”.
En relación a como evitó el contacto con otras personas, reveló: “Luciano, mi marido, quién no viajó, fue al aeropuerto a las 22 hs y allí estacionó el auto, dejo la llave dentro de un sobre cerrado al personal del estacionamiento y, dentro del vehículo, las de la casa de mi cuñada Natalia”.
Una vez en General Lagos, se descalzaron, dejaron el calzado afuera e inmediatamente se higienizaron y tuvieron en cuenta todo el asesoramiento que le brindo personal de migraciones cuando regresaron al país.
En la mañana del miércoles dieron aviso al personal del CIC que se encuentran en perfecto estado de salud, desde allí le dieron algunas recomendaciones, como por ejemplo: tomarse la fiebre diariamente, no tomar medicación, no entrar en contacto con nadie y les notificaron que les harán un seguimiento telefónico diario”.

Una actitud destacable la de estas familias, demostrando con el ejemplo el deber cívico y la conciencia social, porque las disposiciones son para cumplirlas, y ojala nos unamos en esta, como argentinos y como vecinos. El típico “Yo me siento bien”, o “No tengo nada”, debe replantearse ahora, porque se pone siempre en juego la estabilidad social, del sistema, y la salud de los demás, incluso de los familiares más cercanos”.

Andrés Vallasciani

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