Varios testigos coinciden en el alto grado de violencia ejercido
14/04/20 15:49 | Locales
Un vecino de la localidad denuncia un hecho más que indignante: “Mi hija está embrazada, y tenía turno para hacerse estudios con el bioquímico. Llamé a varios remises, y nadie podía, porque no pueden trabajar. Bueno, decidimos que vaya en la moto. Los análsis no se los hizo, porque tuvo que tomar un líquido especial que le daba el profesional. Quedó para el otro día. Pero al volver, pasaron por un negocio, para comprar algo simplemente para desayunar, y ahí paró la señora esta de tránsito, solicitándole los papeles de la moto, y que no podían circular así, más allá de que ellos le explicaron que era más una urgencia que otra cosa.
La señora llamó al patrullero, para que proceda a llevarse la moto. El patrullero bajó, y le pegó al pibe, y la piba casi se desmaya. El comerciante salió, junto con el otro pibe que trabaja con él para asistirla. Agarrándolo del cogote, le pegaron un par de piñas, y lo subieron de prepo al auto”.
Suplicando, pidiendo por favor que no sean crueles, que no es necesario el maltrato, hicieron oídos sordos, y se llevaron no sólo a la moto, sino también al pibe, abriéndole una causa y reteniéndolo por la fuerza.
El policía que bajó lo describieron como bajo y peladito. La pregunta es: ¿Todo este salvajismo y mal empleo de la fuerza bruta se deberá solamente a la presión y la emergencia por la cuarentena?
Andrés Vallasciani