Carlos Nievas
23/05/20 16:56 | Locales
El grupo “cadena de favores” continúa con una incesante labor solidaria. En este caso, un voluntario y sólido grupo de cocineros se reunió en la casa de Carlos Nieva, quien es uno de los primeros que comenzó con la idea de realizar ollas populares para los más necesitados.
Al pie del cañón, y prácticamente sin dormir, comentó bien el lujo de lo que estaban cocinando y realizando: “Esto es todo donaciones. Lo puede hacer cualquiera con tiempo. Está todo donado, solo prendemos el fuego y hacemos. Agradecemos a quienes colaboran siempre. Yo sé lo que es la necesidad, porque también pasamos por momentos duros. No hay política en el medio, esto es una cosa entre vecinos. Hacemos lo que podemos. Es lindo cuando te felicitan por la comida, y el otro día dice uno que le faltaba sal (risas)”.
Todos sabemos que, aunque Carlos y los demás sostuvieron que es fácil, por una cuestión de humildad o de modestia, esto no es así, porque necesita mucho tiempo y dedicación, y cada uno de ellos trabaja siempre desde muy temprano hasta la noche, sin parar, y dedicando tiempo y empeñando energía, y siempre con una sonrisa y con mucha buena predisposición.
También recordó que para el arroz con pollo, que será la comida de la próxima olla, se necesita: “Morrón, cebolla, papas, condimento para arroz, y todo lo demás que la gente sabe. Las donaciones pueden acercarse al circo Estrellas de Colombia, que está emplazado en calle Lisandro de La Torre, es decir, pasando la rotonda en el acceso a la localidad. Además estamos recolectando ropa, abrigo, y todo lo relacionado de darle lo que necesita la gente. Ahora llega el invierno”.
La gente sigue colaborando, porque confía en un grupo que no espera ninguna retribución ni reconocimiento. Con la bandera de la solidaridad y el amor flameando en alto, no da cabida a la política, y por eso se puede saber que realmente todo llega justo a donde tiene que llegar. Sólo administran la solidaridad de la gente, con un aporte personal importante.
Finalmente, Carlos mencionó, entre risas, una meta que nunca pudo realizar, y que espera poder cumplir pronto: “Le vamos a enseñar a cocinar al cuchu, al periodista del pueblo”.
Carlos Nieva, siempre sencillo y con perfil bajo, nunca busca reconocimiento ni mostrarse en cámara. Él se cargó al hombro, junto con muchos otros, la noble y desinteresada tarea de socorrer a los más necesitados. Un pilar fundamental en cadena de favores. Es ya, podríamos decir, un abanderado de los humildes.
Andrés Vallasciani
