Gisela Luna
12/09/20 11:53 | Locales
Gisela Luna es una vecina de General Lagos, de 23 años de edad, recuperada de Covid 19, que relató cómo fue su experiencia durante el doloroso proceso que tuvo que vivir. El golpe fue doble, porque no solamente tuvo que aislarse junto a su familia durante los días correspondientes en estos casos, sino que además tuvo que sufrir el revés de una potente estigmatización por parte de vecinos, que además de señalarla, también los acusaba explícitamente de no cumplir con el aislamiento requerido, cuando en realidad sí lo hacía.
Todo comenzó con dolor de garganta y con fiebre alta. Le diagnosticaron faringitis con plaquetas. Al no disminuir los síntomas, tuvieron que proceder a realizarle el hisopado correspondiente. El hecho sorprende, porque la paciente no estuvo en contacto con nadie que haya dado positivo, ni tampoco había viajado a otra localidad.
“Simplemente”, comentó, “me limitaba a hacer las compras y volvía a mi casa”. Poco a poco, el dolor de garganta y la fiebre fueron desapareciendo, luego de tres días que duraron. Desde entonces, estuvo sintiéndose perfectamente bien. “En principio todo inició con un dolor de garganta”, expresó, “Me acerqué al Cic, luego de que pasara un día con dolor de garganta y fiebre. Me revisaron y me diagnosticaron faringitis con plaquetas. Después de dos días, una de las doctoras del Centro se comunicó conmigo, para ver cómo continuaba con respecto a los síntomas. Al comprobar que no había disminuido nada, me comunicó que debíamos hacer el hisopado, para descartar que no sea Covid, y así proseguir con otro tratamiento de antibióticos.” Acto seguido, la vecina permaneció aislada en su casa, junto con su familia, y todos estaban bien de salud, sin que ninguno manifestara ninguno de los síntomas del Covid.
Casi una semana después, el viernes 10, a las 17 Hs., la doctora finalmente le notificó que ya estaba para ser dada de alta, y que junto con su familia, podría continuar normalmente con su vida cotidiana. “Nosotros somos gente que solamente salimos a hacer mandados. Esto no nos afectó demasiado. Pero sufrimos bastante los comentarios de la gente, que dejaba mucho que desear. Hay muchos que no respetan nada, y que no cumplen con el aislamiento, y mucho menos con el uso del barbijo y las distancias debidas a guardar. Nosotros solo nos mantuvimos en silencio”.
El duro encierro, debido al aislamiento, se prolongó durante cinco días, junto con cinco personas más del mismo domicilio. Reconoció además, que los cuidados estuvieron muy bien dispensados, y que estuvieron muy bien atendidos “desde el área social, y también por parte de Esteban Ferri, que se comunicó conmigo y con mi mamá para decirnos que cualquier cosa que necesitáramos estaba Eliana a disposición nuestra. Yo todo el tiempo estuve en mi habitación”.
Gisela mencionó finalmente que estuvieron bien en cuanto a la mercadería y a las cosas elementales que necesitaron para subsistir durante estos días de aislamiento, pero que ningún vecino jamás se acercó a preguntar si necesitaban algo: “Hay gente que nos acusa, y ellos saben que ya tenemos el alta médico. Gracias a ustedes por permitirme difundir esto, y a todos los que estuvieron ahí para ayudarnos”.
Es muy difícil, se puede decir, apoyar o justificar la estigmatización de parte de los vecinos de la misma localidad, de una persona que estuvo aislada y que se contagió de Covid, aún cuando se cuidaba y prácticamente ni salía de su domicilio. Es muy duro atravesar por este proceso, y encima recargar el castigo con escraches, críticas y juicios poco acertados, parece desmedido. Respetar, comprender, y nunca juzgar. Eso es algo que deberíamos aprender todos los que sostenemos que esperamos mejorar como sociedad, hacia un mundo un poco más humano.
Andrés Vallasciani