La celebración se realizó hoy por la tarde
14/09/20 20:35 | Locales
En la iglesia San José, se realizó una misa, en el día en que se celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, y fue ofrecida para la intercesión de San Peregrino Laziosi, protector de pacientes oncológicos y con enfermedades incurable, pidiendo especialmente por los enfermos.
El padre Juan José Capitanelli, que ofició la santa misa, brindó una elocuente homilía referida a esta importante celebración: “Estamos celebrando la fiesta de la exaltación de la santa cruz. Escuchamos el evangelio de San Juan, en donde Jesús nos dice que Dios no envió a su hijo para juzgar al mundo, sino para que este se salve por medio de él. La palabra de Dios para nosotros, es una buena noticia, y esta no es la excepción. Es un mensaje tan hermoso, tan lleno de esperanza, de consuelo, y nos da tanta fuerza y ánimo, para seguir luchando cada día, cada uno de nosotros, en lo que nos va tocando en la vida. Este mensaje nos dice que Jesús no se encarnó para juzgarnos, sino que, por el contrario, se hizo uno de nosotros para poder redimirnos, y para que nuestra naturaleza, frágil y débil por el pecado, sea salvada por él”.
El padre Juan explicó que cada vez que nos ponemos en la presencia de Jesús, descubrimos cuánto nos ama, más allá de nuestros errores, miseria y debilidades, por más grande que sea: “Su amor supera todo eso, y nos salva y nos redime a través de su cruz, este signo tan fuerte y grande como para que la iglesia lo quiera celebrar, de una manera particular, un día del calendario anual. En todos los sacramentos, nos ha querido dejar también la cruz, el mismo que utilizamos al comienzo, en el bautismo, al incorporar a un nuevo integrante a la familia de los creyentes. Es un signo eficaz de salvación”.
Finalmente, sostuvo, que de una forma u otra, los sacramentos están ligados a la cruz, que nos muestra claramente, lo que Dios nos da por el gran amor que nos tiene: “Nos invita a tomar cada día, a nosotros que queremos vivir como cristianos, con su gracia y ayuda, esa cruz, para a su vez, poder ofrecerla por otras personas y situaciones, y de esta manera, ayudar a los demás, con las gracias que necesitan. Quisiéramos que esté lejos de nosotros. Llevar eso pesado, no es fácil. Jesús nos muestra que es parte de la vida, y como él dice, el discípulo no es más que el maestro. Y cuando llegue el momento de tener que cargarla, estaría bueno pedir que nos asista y nos ayude a convivir con eso, para el bien nuestro y el de los demás. San Peregrino, en la noche tan difícil de su vida, en que iba a ser operado por una enfermedad, contempla la cruz, a cristo crucificado, y su amor por todos nosotros. Ahí descubre no sólo la dificultad de la vida, sino algo mucho más grande: la misericordia, y el sacrificio en el que nos redimió y nos salvó a todos, Nosotros también podemos llevar esta cruz con amor, y es un motivo de alegría y consuelo para todos nosotros. Pidámosle al señor, la fortaleza para llevarla cada uno de nosotros, y también que aprendamos a no renegar cuando nos toca, para que se haga más liviana y llevadera”.
Andrés Vallasciani