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22/09/20 15:13 | Locales
Alcidia “Chachi” D´ Alessandro, es una psicóloga ya experimentada y madura en conocimiento, que brindó gentilmente una entrevista para el medio periodístico “Diario de la mañana”.
En una charla amena, nos comentó cómo ve la situación actual en la que nos vemos inmersos en todo el mundo, y de qué manera afectó la pandemia en la psicología de todos, además del aspecto económico ya reconocido. “Lógicamente ha afectado a todo el mundo: adultos, niños, jóvenes, y a todos. Es un enemigo invisible al que debemos combatir por los permanentes protocolos sanitarios que nos recomiendan y que debemos tener muy presente, incluso en nuestra propia casa, al entrar alguien a dejarnos algo, o al salir y volver para algún mandado. Lo más importante es la presencia del otro, la socialización, el otro y su contacto. Por eso especialmente la educación y los niños y niñas. Siempre la presencia, mirada y experimentar con el otro es muy importante, tanto como la formación que le puede dar el docente, digamos. Al estar todo mediatizado se complica esto, y sobre todo teniendo en cuenta a los sectores más vulnerables de la sociedad. Siempre el que tiene un poco más, tiene más posibilidades de contar con otros elementos a su alcance. Todos necesitan de la escolaridad, pero hay una diferencia muy amplia en los recursos con los que se cuenta”.
En el otro extremo de la vulnerabilidad, están los adultos, que tienen el problema, entre otros, de la falta de familiaridad con la tecnología que hoy se ha vuelto un factor indispensable: “No tener los aspectos cercanos es muy complicado para ellos. El que está permanentemente solo está tan perjudicado como si fuese un enfermo. El que tiene la posibilidad debe comunicarse, por mensajes, llamadas, o video llamadas, debe considerar mantenerse en contacto de esta manera mientras esto dure, y todavía falta un tiempo más. Eso sería lo ideal, pero claro que cuesta, y especialmente en los adultos mayores”.
Con respecto a la pandemia en sí, y a lo que nos va a dejar en términos psicológicos, y a los efectos en las personas, explicó que “es muy diverso y subjetivo, pero esto es como una invasión y una guerra, y no se puede apreciar cada caso, porque depende de las vivencias de cada uno. Esta es una de esas cosas que se valoran una vez que pasaron, porque en el mientras tanto nos estamos defendiendo del virus. La situación será después. Al permanecer encerrados, sin contacto continuo con el otro, entonces vamos paulatinamente cambiando en algunas cosas, y no siempre para bien. Por ejemplo, observo en los niños el desarrollo de ciertas fobias, muchos miedos, muchas crisis, y en las personas de la tercera edad también. Esto tendrá que verse luego en la terapia, en los casos que sea necesario. En el Cic somos tres las que estamos, y es totalmente gratuito, por supuesto. Antes de que esa angustia y ese terror se vuelva patológico, y más enfermizo, hay que avanzar en esa depresión y angustia, antes de que eso afecte algo más, como problemas cardíacos, de diabetes y otros tantos, como consecuencia de una angustia retenida. Está en el deseo de cada uno y en la voluntad personal emprender esto”.
La Psicóloga también se expresó en contra del mal uso de la tecnología, cuando ante algún problema que surge, “Se busca en Google lo que debería analizar un profesional, tanto en lo psicológico como en lo físico. Lo importante y lo más correcto es esto, porque cada uno tiene una historia personal y familiar, y depende mucho de cómo asuma su realidad”.
Con respecto a la actitud de la gente, y las diversas respuestas y reacciones que genera la polémica cuarentena, comentó que tiene mucha confianza en la gente, y que piensa que cada uno de lo mejor de sí, para que esto se vaya disipando, aunque los contagios no se pudieron evitar: “En General Lagos hay una conducta de cuidados importante, aunque algunos tienen una visión diferente, claro. Siempre está el rebelde, el sublevado, pero en general la gran mayoría acata un orden y una conducta. También es cierto que no podemos seguir así, impidiendo que la gente trabaje. Necesitamos levantar la economía, porque también es parte de la psicología: la gente necesita trabajar. Cuidándonos y siendo positivos, debemos avanzar. No podemos seguir en aislamiento”.
Cabe destacar que Alcidia, desde que se impuso la cuarentena en Argentina, nunca rompió el confinamiento, estando seis meses distanciada con su marido, y que tuvo que recurrir a los ejercicios, porque su casa es grande, caminando, haciendo gimnasia, tomando sol y leyendo: “No hemos ido a ningún lado, salvo los mandados y la situación alimenticia de todos los días. Ambos somos personas de edades avanzadas, y tampoco salidas recreativas. Me levanto temprano y comienzo mi rutina. Me programo, y tengo actividades que me dan placer y me gustan”.
Finalmente, un consejo profesional, especialmente para los jóvenes: “Que se organicen, armen rutinas, desde la mañana, y que no todo sea igual, tomando el día por la noche o al revés. Cada uno tenemos lo que nos gusta personalmente. Siempre hay cosas para hacer, y las formas de comunicarse con el otro, es muy importante, incluso llamadas, para los que no manejan tanto la tecnología. Este es el peor momento de la pandemia, y la vacuna va a demorar”.
Chachi, siempre con un muy buen humor, recordó que no es fácil pedir ayuda, pero que siempre está la terapia para los que la necesiten, porque nadie debería pasar por esto sólo. Reconoció además que “No es tanto por psicóloga que me pude adaptar rápido a esta realidad, sino porque el diablo sabe más por diablo que por viejo.”. Es una manera de ver que no da el conocimiento de una ciencia en particular, si no que sólo se puede aprender en la experiencia que da la vida.
Andrés Vallasciani
