Debora y Emilia
14/11/20 12:34 | Locales
En el mes mundial del día de la diabetes, tuvimos la oportunidad de entrevistar a una vecina de la localidad de General Lagos, Débora Schneider y a su hija Emilia, porque son grandes referentes ya reconocidas en la lucha diaria por crear consciencia y educar, en incontables campañas sobre prevención y cuidado en dicha enfermedad.
“Arrancamos hace cuatro años”, dijo Débora, “cuando a Emilia se le diagnostica diabetes. Ya desde el primer año nos involucramos en diferentes actividades, porque creemos que el paciente con esta enfermedad, lo mejor que puede hacer es educarse. Necesitamos que ella, mi hija, pueda soltarnos la mano y seguir solita”
Emilia padece de diabetes tipo 1, y este tipo de pacientes, toma aproximadamente unas trescientas decisiones diarias, por lo que, mientras más informados estén, mejor podrán llevar a cabo este protocolo, que son muy rigurosos: “utiliza insulina desde el principio, y el páncreas deja de funcionar, por lo que necesariamente necesita insulina. Ella se levanta, se lava los dientes, va al baño como cualquier otro niño común, pero antes se hace un monitoreo que es continuo, además de otro medidor, que es el capilar. Nosotros utilizamos dos controles. Antes de sentarse a desayunar, ya conocemos cuánto midió, cuál es su glicemia, y en base a eso, establecemos qué le daremos, qué comerá y tomará, especialmente teniendo en cuenta el día que tendrá, aunque en los niños pequeños se les enseña a comer razonablemente bien, y luego meter insulina”.
Emilia ya parece independizarse, poco a poco: sabe leer lo que son los carbohidratos, también leer bien en los envases, y en base a eso ya sabe cuánta insulina se tiene que poner. La información es muy importante. La mayoría suele pensar que la diabetes consiste sólo en cuidarse en qué comer y qué no comer, y que todo es una cuestión de medirse la insulina. En realidad es mucho más: “Afecta en muchos niveles. Tenemos que contabilizar por otras cosas, que muchas veces no se ven, como el humor o los estados de ánimo”
Con respecto a las campañas y a las jornadas de capacitación y a los talleres, este año han sido virtuales, incluyendo a muchos chicos nuevos: “La tecnología va cambiando. Esta situación es un obstáculo para todos, y el estrés genera muchas cosas y empeora todo, para cualquier persona, hasta quienes no padecen diabetes: “Es difícil. A veces cuesta hacer que se ponga la insulina, o que coma tal o cual cosa. Nos pasa a todos. Pero dentro de todo, con cuidados, uno puede llevar una vida normal, sin importar la condición de vida. Lo importante es la disciplina que se tenga, y la educación con la que se cuente. Lamentablemente se la llama la pandemia del futuro, y lo que fue en estos meses de Covid, se sumaron muchísimos más, y hasta gente que ni sabe que lo tiene. Se ha incrementado muchísimo, especialmente la diabetes tipo 2 en adultos, que no realizan la vida que deben, con los controles médicos. Todo es por desconocimiento. La idea ha sido difundir y hacer tomar consciencia, vizualizando y acompañando a los pacientes, este año de manera virtual”
El paciente mejor educado es el que tendrá una mejor calidad de vida, tanto al prevenir, como al mejorar el tratamiento. La información, el aprender, el deporte y la buena educación, son los pilares para esta patología. Luego está el día a día. La patología avanza muy rápido, y las causas suelen ser múltiples. Es impredecible, y puede detonarse en cualquier edad. Algo para tomar en serio.
Andrés Vallasciani