Macarena Navarro
05/05/21 19:39 | Locales
En el día internacional de la celiaquía, Macarena Navarro, una persona muy conocida en la localidad de General Lagos que padece ese problema, brindó un testimonio particular, refiriéndose a su caso puntual, enterándose por diagnostico de la enfermedad a los treinta años. Al principio tuvo que soportar una carga muy dura, pero año tras año, y gracias al apoyo y a la ayuda de los demás, pudo día a día acostumbrarse y vivir una vida normal, bien sana y nutritiva:
«Yo a mediados del 2017 empecé con muchos episodios de gastritis. A finales de ese mismo año, mi médico clínico me deriva a la gastroenteróloga, y tuve la suerte de que ella justo era celíaca. Al ver mi cuadro clínico, me receta un análisis de sangre, para ver algunos valores para saber si dan positivo o no. Esos anticuerpos me dieron positivos, y para ver si no eran falso positivo, me recetaron un estudio de endoscopía y biopsia. Ya me dieron positivo el día del estudio, y entonces me recetaron una dieta sin gluten. Al principio, una vez que te lo diagnostican, no empezás a sentirte bien rápido, porque el sistema digestivo está dañado. Lamentablemente la celiaquía lo que hace es matar las vellosidades del intestino, y entonces el cuerpo no puede absorber los nutrientes necesarios , y esto tiene consecuencias en los huesos, a nivel piel. Tuve que observar la gastritis y además la dieta de no ingerir gluten. Lamentablemente no tiene cura, y si uno comienza a sentirse mejor con la dieta, comienzan a crecer nuevamente en el intestino esas velocidades y entonces empezás a sentir que el cuerpo ya cuenta con nutrientes necesarios».
La única forma de cuidado y el único remedio que existe es la dieta, sin T.AC.C Los hábitos cambian muchísimo con el tiempo. Hoy en día se consigue mucho en las grandes ciudades comidas apropiadas, desde panificación, hasta postres. En General Lagos también ya se pueden encontrar: «Hay muchas personas que hacen cosas caseras, por ejemplo. Ya te vas con una viandita y podes comer con los demás con tu porción particular. El hábito cambia totalmente, el de juntarte y podes congelar o guardarte cosas para estos casos, o incluso salir a comprar. Con mis amigos y mi familia tuve mucha suerte, y se han portado muy bien conmigo, y eso me ayudó muchísimo a recuperarme más rápido. Han llegado a comprarme comida, y dejarme aparte cubiertos y demás, para evitar la contaminación. Esos gestos ayudan muchísimo a que podamos atravesar esto de la mejor manera posible. Lamentablemente uno ya no puede consumir más lo que consumía antes en gluten y en harina común. Uno no puede separar sus cosas con tanta facilidad. Es complejo, pero se puede lograr»
Muchos meses de dieta lleva el volver a generar esas vellosidades en el intestino, y volver a lograr que el cuerpo reciba nutrientes necesarios. Una pequeña porción lastima y mucho: «No existe el darse el gustito, porque después lo sentís al otro día y mucho. Yo le presto mucha atención a esas cosas, y hago una dieta muy estricta. Me manejo de una manera cómoda, porque me cuida mucho mi pareja, mi familia y mi suegro. Todo el mundo. Ese apoyo es fundamental».
No hay una edad fácil para esto, porque hay muchas cosas que se deben vivir de otra manera a cómo se venía acostumbrando a realizarlo. Restringirse y privarse no es fácil, y menos siendo joven y ante la dieta diferente que llevan los demás: «Tu hábito cambia, y también la dieta, comiendo otras cosas, más sanas y quizás pensar en combinar de otra manera. Observar bien qué consume, y bueno, es todo para el cuidado de uno en definitiva. La esperanza de sentirse bien, sabiendo que con la dieta se logra, cambiando cosas cada día. Hay mucho de cocina, que ayuda mucho»
A Macarena le cambió la vida, y se cuida mucho, con mucho nivel de adaptación. Aunque le cuesta mucho este estilo de vida necesario, también puede ver el lado positivo, no solamente porque se está cuidando y todo lo hace para sentirse mejor, sino también porque puede reconocer el apoyo de todos los de su entorno, que nunca le fallan.
Andres Vallasciani
