Mary Castillo y Gustavo Gorosito
21/06/21 12:06 | Locales
Mary Castillo presentó un desgarrador testimonio, exponiendo cómo llegó la maldita enfermedad del Covid a su vida y a su familia. Ella reconoció que el contagio se produjo por un descuido de ella y de su marido Gustavo Gorosito, que compartieron el mate con familiares visitantes, desconociendo que en su momento presentaban síntomas, porque no los mencionaron por considerarlos leves. No pensaron que padecerían tanto a causa de esto.
“Un día mi marido viene de trabajar con síntomas', expuso Mary, 'entre ellos molestias, dolor de cabeza, y mucha transpiración. Yo estaba en casa, y por la tarde ya con los mismos síntomas que él. En el CIC nos hicimos los hisopados rápidos, él dio positivo, y yo negativo pero con síntomas. Eso es lo que los médicos tomaron como falso negativos. A partir de ahí, fueron doce días de estar muy mal: fiebre, vómito, sudoración constante. Él, Hasta llegó a bajar casi 10 kilos. Yo seguí con síntomas leves, y los profesionales nos llamaban cada día para el seguimiento que te hacen. El nene también, aparentemente se contagió, y tuvo como dolor de garganta, pero la pasó bien, dentro de todo. En un momento, suplicábamos que se terminara esta enfermedad maldita”.
Continuamente, sin descanso, con constantes pastillas e inyectables, el Covid no les daba tregua, y batallaron cada día pidiendo por favor que terminara esta agonía: “La verdad la pasamos muy mal, y en días muy tristes. Sólo nos quedaba rezar, para no quedar internados. Se vienen muchas cosas a la cabeza, sobre todo porque uno sabe de conocidos que terminaron mal. Uno se siente con ese miedo, ese terror, y lo invade ese signo de preguntas, ante la incertidumbre de lo que pasará. Yo creo que uno no le teme, hasta que el Covid te toca la puerta y entra a tu casa. Ahí tomamos conciencia, y tenemos miedo de la pérdida”, describió.
Mary se mostró muy agradecida con todo el personal de salud del Centro Integrador Comunitario de General Lagos, y reconoció la importantísima labor de los médicos que atienden específicamente los casos de Covid, que no son los mismos que los que están habitualmente ahí: “ Todos muy amables, gracias a Dios. Hubo algún momento de desesperación, cuando llamamos a la ambulancia, al 107, porque no prestan tanta atención, porque están para la gente que se está muriendo. Tuve que discutir un poquito. Pero más allá de eso, todo muy bien. Acompañados y protegidos por gente que si tiene verdadera vocación y eso se nota”
A partir del día 12, a Mary y a Gustavo losa mandaron a Villa Gobernador Gálvez, donde le realizaron placas y análisis, para descartar que su salud estuviera comprometida. Tenía poca frecuencia cardíaca Gustavo, y eso era medio grave, porque padece el mal de chagas, y necesita un tratamiento especial. Es la enfermedad que traen los que vienen del norte, y es un problema de la sangre. Y el Covid es un virus que ataca primero que nada a la sangre. Creo que eso hizo que estuviera aún peor. Pero sabemos que algunos en General Lagos estuvieron peor, porque les ataca la respiración y los lleva a necesitar respirador. Siempre dije que era una enfermedad rara, porque ataca en diferentes lugares a cada persona. Pero bueno, realmente la pasamos mal, pero ahora, Gracias a Dios, queda como una experiencia más en nuestra vida, y esperamos reinsertarnos a trabajar y a circular pronto”
La experiencia dramática que tuvo que vivir Mary con su compañero de la vida, Gustavo, es contundente y también un claro ejemplo de los estragos del Covid en la población del mundo entero.
Gracias a Dios, salieron adelante. Les deseamos una pronta recuperación a los dos.
Andres Vallasciani