Para pensarlo...

Para pensarlo...

Alguien inteligente, nace o se hace?

Te invitamos a que reflexiones sobre el valioso aporte de nuestra columnista Graciela Caiola ya que siempre nos invita a pensar

29/08/13 19:59 | Sociales

Y un día despertamos en el planeta Tierra… Los ojitos de… el pelo de… la naricita igualita a… Los rasgos físicos están programados en los genes. Algo de papá, algo de mamá, eso de los abuelos y aquello del tío. Todos felices con la réplica, eso sí, única e irrepetible, singular y personal.

La fuerza está orientada: hay que crecer.
El deseo o su falta, la palabra, las emociones, la cultura, el contexto… van impregnando a ese ser “humanito” nuevo, nuevito, ávido de cuidados y potente grabador de matrices, estímulos, maneras de ser y hacer.
Lleno de potencialidades va empatizando con su entorno, los que están cerca. Mamá tiene el mayor privilegio y sí, después siguen todos quienes conviven y a diario son el espejo de acciones y reacciones que van definiendo a esa maravillosa mixtura.

Lo hereditario emerge en ese contexto. Lo innato y lo adquirido juegan el más desafiante juego: vivir. Ser vivo y humano! Y entonces?
Las teorías nos explican cómo maduración biológica, neurofisiológica; desarrollo cognitivo y emocional espontáneo interactivo y aprendizaje intencionado y sistemático van marcando el ritmo de la compleja evolución.

Ser bio, psico, emocional, espiritual, cultural… - todo eso! – y además, animal racional! (Ja! A veces!).

Sin focalizar el destino vamos a preguntarnos por esa racionalidad, justito donde la asociamos con inteligencia.

Se nace inteligente? Y si no, “orejas de b…” para siempre? No es tan simple, por suerte! Quisieras pensar tres características que te hacen creer : tal, es inteligente!?

*No vamos a confrontar definiciones teóricas pero sí trataremos de significar el concepto.

Puede que se asocie inteligencia con rendimiento cognitivo, manejo de saberes, velocidad mental, acierto operatorio, resoluciones rápidas y certeras, ágil memoria, ingenio, creatividad, razonamientos profundos, soluciones económicas. Ir bárbaro en la escuela. Tener éxito en la empresa. Ser competente. Ganar dinero…

Es interesante saber que diferentes culturas tienen diferentes concepciones de inteligencia. Lo que para una es inteligente, otra puede considerarlo trivial o estúpido.
Veamos. El concepto de “nzleu” de los chichewa de Zambia aunque afin al nuestro de “inteligencia” difiere bastante. Mientras el concepto occidental de inteligencia tiene fuerte naturaleza cognitiva, nzleu incluye dimensiones de sabiduría, ingenio y responsabilidad dentro del contexto cultural zambiano.

Las habilidades para leer y escribir tan valoradas en nuestra cultura, son desestimadas en sociedades analfabetas. Sin embargo, la habilidad para hacer finas distinciones entre modelos visuales, que no valoramos demasiado, podría constituir la diferencia entre la vida y la muerte cuando se está en riesgo de ser atacado por un depredador camuflado que se confunde con el fondo. En la selva no hay carteles, ja!

A partir de Alfred Binet, en 1904, se creyó que la inteligencia podría medirse. Una facultad, un desempeño estándar, un test, un cociente intelectual, un rótulo!

Gracias a ello, negros, inmigrantes italianos, rusos o húngaros eran “débiles mentales” para los estadounidenses. Lo eran? Henry Goddard lo aseveró en sus estudios y sostuvo que la decadencia moral se asociaba al déficit de inteligencia. Justificación científica de discriminación socio política… Un número decidía. Este sí. Este no.

Stephan Ceci observó que en generaciones posteriores, rápidamente, se “midieron” ostensibles mejoras, abundaron cocientes superiores al rendimiento medio. El factor hereditario no resistió la evidencia. La asimilación cultural hizo lo suyo. Igual, se instaló en la sociedad la exclusión. Lamentable.

¿La inteligencia de unos sobre otros? …Seguiremos en la próxima!

Graciela CAIOLA
Lic. en Cs. de la Educación


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