Padre Javier Perelló

Padre Javier Perelló

Vida en abundancia, en el espíritu y la libertad

El valor de permitirse cambiar, eligiendo siempre lo mejor

01/08/21 12:24 | Locales

En una misa más de la Iglesia San José de la comunidad de General Lagos, el Padre Javier Perelló compartió con los fieles y con los niños y niñas de catequesis otra homilía, recordando que si bien es necesario y está muy bien buscar el progreso material y preocuparse por ganarse el sustento diario y el pan cotidiano, Jesús nos invita a pensar en lo espiritual, en el pan de la vida en abundancia, de la paz, la alegría y de la vida eterna:

“A todos nos gusta un rico helado, una rica comida, y está muy bien eso. Pero es mejor ir a jugar con los amigos, en el caso de los niños, y de compartir en el caso de los adultos. Con los amigos me puedo divertir, y valen más que cualquier chocolate, o de darnos cualquiera de estos gustitos”. expresó

En el antiguo testamento, se puede leer cómo el pueblo hebreo era brutalmente esclavizado, golpeado, maltratado e insultado, y Moisés es el mediador que le lleva la salvación: “No eran libres. Eran esclavos, pero tenían comida. Cuando son rescatados de eso, se dan cuenta que deben caminar en el desierto, padecer el cansancio, hasta llegar a la tierra. En un momento, se enojan con Dios, porque no veía lo que Dios le había prometido. Pensaban que era mejor comer carne y cebolla a pesar del maltrato. No veían la libertad del nuevo lugar, en la amistad con Dios. Estaban equivocados, porque es mejor a veces salir, andar por el desierto, y ser libres y en amistad, que permanecer esclavos comiendo carne y cebolla. Dios no quiere que el hombre se llene la panza, pero esté solo y sea esclavo. Es bueno comer, pero hay otra cosa más importante y fundamental: la libertad”

“No solamente el hombre vive de pan”. El padre Javier recordó que para ser libre, hace falta la palabra de Dios, la confianza en ella, y eso es permite lograr muchas cosas, como estudiar, trabajar en lo que a uno le gusta, relacionarnos mejor: “Lo que quiere Dios es que demos ese salto, que nos veamos entre nosotros de otra manera, que renunciemos a pequeñas cosas que nos satisfacen para obtener esa libertad que nos quiere regalar. Es fundamental aprender a elegir. Hay cosas buenas, pero también hay otras que son mejores. Para elegir las cosas grandes, hay que salir de la comodidad, y buscar lo mejor”

Luego, se dirigió a los adultos, con un mensaje claro con el que se pueden identificar: “Cuántas veces no nos permitimos mejorar, y cambiar de vida, y empezar de cero, por el qué dirán, y por el prejuicio ajeno. Seguimos esclavos y nos quedamos en el pensamiento y la forma de vida anterior, porque le tenemos miedo a comenzar y a empezar. A ser libres, sin importar la edad que tengamos, de los prejuicios de los demás, de los nuestros. A nosotros nos tiene que preocupar lo que piensa Dios, su juicio y no el de los demás. Nuestra conciencia ante él. Caso contrario, somos esclavos. No nos tiene que importar lo que digan los otros. Hay que buscar la libertad. El qué dirán es el principal esclavizante. Perdemos la capacidad de elegir gracias a esto, y hasta dejamos de animarnos de venir a misa, de confesarnos”.

Proyectar, vivir y pensar en la libertad que nos regala Dios, porque si hay algo que no toca él es la libertad, aunque sabe que podemos rechazarlo. Que el señor nos regale esta gracia, que es el ser mejores, y que siempre tengamos necesidad de Dios, de recibir sus consejos y de confiarnos en su palabra.

Andres Vallasciani

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