El padre Javier Perelló, oficiando la misa

El padre Javier Perelló, oficiando la misa

Misa de San Peregrino en la iglesia San Jose

Una reflexión sobre el sentido de la justicia y del amor en el camino de la vida

10/08/21 12:05 | Locales

En la misa de San Peregrino, el padre Javier compartió una homilía con la comunidad de la Iglesia San José, recordando la importancia de caminar junto a Dios, para ser justos y vivir en santidad, y también para poder ser mejores en el camino de la vida:

“Cuando en la palabra se nos habla de que alguien es justo, como José, significa que es un santo, alguien que está constantemente en la presencia de Dios. Y cada vez que nosotros pedimos la intercesión de un justo, de un santo, estamos pidiéndole a Dios que, por un acto de justicia y por medio de esa persona amiga suya. Él, para retribuir y para demostrar que sigue acompañando la vida de ese justo en el cielo, nos concede la gracia. Por eso, cuando nos reunimos por la misa de San Peregrino, una vez al mes, le pedimos nuevamente que nos conceda el favor que no le hubiera negado a este que vivió en la grandeza, sin cometer ningún acto de injusticia. Por eso las lecturas de hoy son hermosas”, explicó el sacerdote

Dios nos pide que seamos justos y que amemos, practicando la caridad. Eso es lo que nos pidió siempre, esa sola cosa: ese amor fiel de permanecer fieles y en su presencia: “Es un camino que tenemos que recorrer nosotros, personalmente, y necesitamos su gracia, porque para los hombres es difícil mantenerse irreprochables ante Dios, teniendo en cuenta también lo duro que que se vuelve vivir en armonía con los demás: Nos irritamos con facilidad, y si no tenemos esa gracia y esa conciencia que Dios ilumina, podemos cometer muchas injusticias, porque nos enojamos con los otros, con nosotros y con en entorno. La santidad es una gracia del cielo, y también de sanación, y consiste en un alma plena, llena de Dios”

Jesús, el mejor ejemplo, se muestra incapaz de cometer injusticia alguna ante aquello que proponen los hombres. No quiere escandalizar a nadie, y no quiere que por incumplimiento de un acto de injusticia se produzca una alarma en el corazón de los más pequeños: “Lo hace y lo enseña como un camino y una pedagogía, para enseñar que hay que hacer lo que pide la justicia de los hombres, para no escandalizar. Pagar el impuesto, cumplir con nuestras obligaciones, para cumplir con el sistema y con nuestra necesidad de santidad, irreprochables ante Dios y ante los hombres, en estas cosas que nos son requeridas. Nuestra injusticia muchas veces produce que se escandalicen los más pequeños, por eso nos enseña que no hay que hacerlo”.

Amor y más amor a Dios. Eso es lo que se nos pide. Y si cometemos injusticia, acudir al sacramento de la reconciliación, para restituir esa injusticia con un acto de misericordia: “Demostrar esto, pidiendo perdón por nuestras faltas delante de Dios y continuar. Pero hay que continuar peregrinando y comprometerme. De nada sirve si me quedo parado luego. Pidamos por intercesión de San Peregrino, rogando por todos los enfermos, y por la fortaleza nuestra, en lo cotidiano, sobre todo las que comienzan en nuestra alma y se manifiestan en el cuerpo, y que pueden llegar a confundir a nuestra alma en los momentos de prueba, con justicia, santidad y caridad” finalizó el Padre Javier Perelló

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