Ana Paula Scarpecci, Psicóloga
16/08/21 12:25 | Locales
Ana Paula Scarpecci, psicóloga, se refirió al problema de la autoestima. Teniendo en cuenta que el amor propio se construye en relación con los otros, desde la primera infancia, en los vínculos más cercanos con padres y con familia. El reconocimiento tiene que ver con los afectos, que nos pueden llevar a pensarnos de una manera más positiva o más negativa, pensando en que los extremos no son buenos, en ninguno de ambos casos:
“No está bueno que nos digan que somos superiores, pero tampoco que somos lo peor. Hay que ir buscando esos puntos medios. En la escuela, aparecen otros que nos van haciendo reconocibles de otra manera y nos permite ubicarnos de otra forma, en relación a nuestra historia y a los de ellos. Pero el ser humano siempre se construye. La relación con el otro fortalece o debilita nuestra autoestima, siempre en base a lo que nos ofrecen y a cómo nos vamos sintiendo. Ahí aparece el tema de la ubicación social. De alguna manera, la sociedad nos va diciendo cómo tenemos que ser, a dónde debemos ir, y eso no nos deja, en muchas ocasiones, estar satisfechos con nosotros mismos”, explicó la experta
Tolerar un lugar en donde uno no sabe o no siente que tiene los elementos necesarios de desenvolverse de la manera más óptima. Hay que aprender a manejar cómo tolerar la propia falta, eso que a uno le falta, y en relación a esto, están las cosas que se difunden hoy en día, relacionadas con la autoayuda: “Cuando dicen cosas como querete, amate, y demás, que suenan lindo, hay que evaluar que detrás de eso debe haber todo un proceso. Lo importante es que uno pueda repensarse y en relación a sus vínculos, moverse para sentirse más cómodo”
Para mejorar nuestra autoestima, hay que conocerse, y pensar en los puntos fuertes de uno y los puntos débiles, y en base a eso ver en dónde estamos parados: “No podemos amarnos todo el tiempo. El narcisismo, por ejemplo, es parte de lo constitutivo, y es necesario para poder ser y relacionarse con el otro, pero el extremo es el problema. Lo que importa es aprender a conocernos y a nuestra relación con los demás, quienes nos elogian y quienes nos dejan en el lugar de la falta. Si nos vamos a reunir entre varios, y siempre marcamos la diferencia, lo que no sabe una persona, contribuimos a que se sienta mal, sin duda. Y en este punto de la sociedad, en que se vende el exitismo y que todo debe ser color de rosa, y eso no existe. Estamos siempre revalidando emociones, que efectivamente existen, y no se pueden negar, como la frustración, el enojo y la angustia. Si no, nos quedamos con la publicación de instagram, que es una foto, y no una historia. No hay un antes, ni un después ahí, porque nadie va a compartir con el otro algo desagradable, sobre todo para la aceptación y obtener Me Gusta. Pero eso no significa que no pase. Pero hay que darse cuenta, como sociedad, que eso no es la vida”, analizó Ana Paula
La baja autoestima está relacionada con muchos problemas mentales, como la depresión, los trastornos de imagen, anorexia, bulimia, y demás. Tiene que ver con la manera en que nosotros manejamos la energía psíquica: “Hay algo del amor propio ahí que no se pone en juego, no hay un deseo que nos mueva a hacer algo. Es una insatisfacción constante. Es como si no se llegara a mover el deseo que nos motiva a realizar algo, y es lo que nos sacaría de este lugar. Si creo que el otro es mejor que yo lo voy a idolatrar, y si creo que es peor, subestimarlo. Nadie es mejor que uno, pero se ubica así por la propia percepción. Por eso hay que pensar que para que las relaciones sean saludables, debe haber una paridad, porque si no siempre alguien oprime a un segundo”
El mejor consejo que se le puede dar a la gente es que se reconozca positivamente en cada lugar, buscando grupos nuevos, que podrían dar otra mirada de las cosas y una percepción diferente de uno mismo, para construirse cada día de manera saludable: “No es estático lo de la amistad y las relaciones, porque cambiamos y cambian las circunstancias. No somos lineales”. Finalizó la psicóloga Scarpecci.
Andres Vallasciani
