El padre Javier Perelló, oficiando la misa

El padre Javier Perelló, oficiando la misa

La importancia de la decisión del bien y del amor en la vida cotidiana

Hacer el bien y amar exige renunciar y sacrificar

22/08/21 12:17 | Locales

El padre Javier Perelló compartió una nueva homilía con la comunidad de la iglesia San José de General Lagos. Se refirió especialmente la dificultad que tenemos todos, pequeños y adoltos, para tomar decisiones difíciles cada día, eligiendo amar y haciendo el bien, porque esto exige renuncia y sacrificio:

“En la primera lectura leímos sobre Josué, que era quién venía a continuar la obra de Moises, conduciendo al pueblo de Israel a la tierra prometida. Aquí podemos aprender algo muy importante: hay algo que nos cuesta mucho, tanto a hombres como a mujeres, a grandes y a chicos: Elegir, ser bueno o malo, ser honesto o mentiroso. Decir la verdad o mentir, pecar o no pecar. Siempre es muy difícil para todos. Es muy difícil, si se nos presentan oportunidades para hacer las cosas bien o no. En la vida, es complicado, y se trata de decidir. Elegir y decidir. Si uno no elije, no aprende no cambia, y hoy el evangelio también nos muestra eso, cuando se trataba de seguir a Jesús o no seguirlo. Sus amigos que lo conocían y sabían bien lo que enseñaba, y aún así, uno a veces no lo elige. Esto sucede porque no se cumple la primera y más importante enseñanza que nos ha dejado: amar a Dios y al prójimo”, aclaro el sacerdote

El amor verdadero es lo más importante, y si uno conoce a Jesús, ¿por qué nos cuenta tanto? La respuesta está en lo que nos exige vivir de esta manera, según esta enseñanza: “Nosotros que somos adultos, sabemos que es difícil, porque siempre nos compromete, nos demanda renunciar. Y si hay algo que no podemos hacer con facilidad, es renunciar nuestra forma de pensar solamente en nosotros mismos y aprender de la enseñanza de Jesús, que no hace otra cosa que enseñar el amor al prójimo. Por eso uno debe preguntarse, niños y adultos, si realmente elegimos a Jesús, de manera concreta y decidida, porque si no, como Pedro, decimos que él tiene palabras de vida eterna, y que lo vamos a seguir, y luego lo negamos. Debemos hacernos esta pregunta hoy: ¿Lo he seguido a él, o estuve dispuesto a abandonarlo?” expresó Javier

Pidamos a Dios esa gracia para que en cada circunstancia lo escuchemos a él, y decidamos seguirlo en todo momento.

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