Ana Paula Scarpecci, Psicóloga
09/11/21 12:05 | Locales
Se acerca el verano, y aparecen las cuestiones estéticas del cuerpo, como la preocupación por el cuerpo. La constitución del cuerpo, que se va desarrollando desde la infancia, se relaciona con la forma en la que otro influye en cómo nos formamos como seres humanos Esto tiene una importancia grande en nuestros días. Hay que pensar no solamente en el cuerpo afectado, sino también en el rol social, porque los ideales estéticos que la sociedad impone son inalcanzables y no pueden concretarse en al realidad. En la práctica, uno siempre está queriendo alcanzarlo, sobre todo en la adolescencia, o en etapas de grandes transformaciones.
Ana Paula Scarpecci, psicóloga, analiza este tema en profundidad: “Los extremos no son buenos. Tampoco se trata de promover que la obesidad está bien. No es saludable, porque es una enfermedad, que conlleva muchos tratamientos y efectos secundarios. Lo que sí hay que ver es el evitar el opinar, porque en general, la persona que no tiene el cuerpo ideal, gasta una energía importante en obviar la percepción del otro, porque no solamente es una cuestión de palabras, sino de la mirada, y con el estar. Debemos preguntarnos por qué nos genera tanto rechazo, para poder equilibrar un poco la balanza. No se tiene el cuerpo ideal, y hay que ponerla más fácil, y dejar de cuestionar o de gastar tantas energías en mirar lo que hace el otro”
La pregunta es cómo evitamos ese momento, como lo podemos hacer más saludable para el otro también Vivimos en una sociedad que hace del cuerpo un culto. Algo que es imposible de sostener desde la imagen humana, idealizado: “El tema es cuando se transforman en recetas que permitirán alcanzar ese lugar ideal. Uno quiere verse bien, además de la mirada del otro. Pero lo que uno debe trabajar es el poder pensar en que la perfección no existe. Que no dejemos de hacer cosas por entrar en ese ideal. Todo tiene que darse en variables saludables. La relación con el otro empieza de muy chico, y hay que transmitir que la perfección no existe. Hay que inculcar la rutina del ejercicio y del cuidado, pero de manera equilibrada y saludable. Quererse con lo que uno puede ser, pero también con lo que no puede ser”
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