Ana Paula Scarpecci, Psicóloga
23/11/21 12:31 | Locales
La psicóloga Ana Paula Scarpecci se refirió a la cuestión del amor propio, y a la construcción de la subjetividad. Según la experta, esta cuestión se relaciona mucho con la infancia y con la educación de los padres y el entorno social de crecimiento. Lo que importa tener en cuenta es que uno siempre se está construyendo, permanentemente, y se reconfigura a cada paso, porque nada es estable y permanente. No hay que conformarse con lo que somos, dejando las cosas así y evitando mejorar. Hay que pensar en el cambio:.
“La idea es que cambiamos todo el tiempo. Con lo que los demás aportan y con nuestra autopercepción. El modelo que tomamos de nuestros padres no nos debe determinar como único. No tengo que habitar siempre el discurso que nos instalan. Tenemos que considerar romper con ciertos mandatos que nos instalan de manera fuerte. Poder cuestionarlo y hacerlo de manera distinta. Como no somos perfectos, en algún momento hemos sido mal ejemplo. Queda en el otro el que pueda desprenderse de eso. La mejor manera de salir de esto es la educación, el repensarse. Las cosas se pueden ir corriendo, y por eso es importante elegir la forma de transitar la vida, saliendo de las cosas con la que no estamos a gusto”
Nadie va a sostener una crianza racional todo el tiempo, pensando en que todo tiene consecuencias. Es impensable esto en lo cotidiano. El padre superior, el padre omnipotente que puede con todo, en realidad, siempre tiene cosas buenas y malas. Es importante pensar que nada de lo que se diga es un sello de por vida. En este sentido, sostuvo: “Sin caer en la simple autoayuda milagrosa, hay que pensar que siempre se puede cambiar. El momento es hoy. Moverse para habitar el espacio de otra manera es posible. El discurso que nos habita sobre lo que tenemos que hacer, cual es nuestro deber y demás. No hay recetas mágicas, porque implica mucho trabajo y esfuerzo hacer cosas diferentes”
La realidad cotidiana es que el adulto a menudo ignora el sufrimiento de los chicos y chicas. Hay cosas que sí se saben y otras que no. Nadie tiene todas las respuestas, y no hay que olvidar que el otro siempre está construyendo su identidad y formando su subjetividad. El cambio siempre debe empezar por uno mismo, pero es necesario que vaya acompañado de lo colectivo.
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