Iglesia San José, General Lagos
05/12/21 11:32 | Locales
En el segundo domingo de adviento, el Padre Javier Perelló habló sobre la preparación para el encuentro con Dios, en lo personal, preparando el camino del corazón y de la mente para marchar derecho, libres de tristeza, dolor o preocupaciones innecesarias. Dirigiéndose a chicos y adultos, también se refirió al problema de la depresión y de la angustia, enfatizando la necesidad de ayuda mutua:
'Una persona que esta deprimida hay que darle un buen consejo. Y si lo dejamos solo y que se arregle, o le damos un mal consejo estamos obrando mal. Sabemos que lo necesita y vamos a querer lo mejor para él. Hoy Dios hace esto con nosotros, nos dice una buena palabra. Nos da ánimo, ante nuestros problemas, nuestra tristeza'
Luego de la aceptación de Jesús, queda un terreno llano, un camino liso, después de enfocarnos en la verdad y remover las montañas y las imperfecciones de la vida, con los problemas que todos tenemos: “Como un terreno que limpiamos , que queda derechito para que podamos construir una casa. Juan el Bautista nos dice en el evangelio que no se debe perder el tiempo con la culpa, la tristeza, el odio y la bronca de no poder salir adelante, porque yo los quiero precisamente de pie, que vengan hacia mí, con el camino limpio, para caminar en línea recta y salir del pozo”
Somos complicados, y a veces nos enojamos, pero Dios quiere eliminar eso, para que no tengamos vergüenza de quienes somos y que confiemos en su amor: “El mensaje para este segundo domingo de Adviento es que él siempre prepara el camino para que nos volvamos a encontrar con él. NO importan los obstáculos o los problemas. Quiere esto con todos nosotros, y este es el hermoso mensaje: preparar el camino para el encuentro con Dios, con alegría y ayudando a los que se encuentran en ese pozo, con nuestra palabra, nuestro consejo, y en caso de necesitar nosotros esto, buscarlo”
Pidamos a Dios siempre que nos ayude a ver todo esto que nos molesta y nos asista para removerlo, en nuestro peregrinar por esta vida, que debe ser libre y alegre, como una bendición.
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