Al propietario del local, Juan Cabrera, lo apodan Indio Blanco.
27/02/14 12:46 | Zonales
La Cámara Penal de Rosario confirmó el procesamiento por la presunta comisión del delito de 'explotación económica y facilitamiento de la prostitución' de Juan Cabrera, dueño del ex sexy bar La Rosa. El espacio fue clausurado a mediados de 2013 tras comprobarse la oferta sexual y por estos días se reconvirtió en un hotel que se presenta como 'cálidamente familiar'.
A Cabrera, también conocido en la noche rosarina como el Indio Blanco, se le imputa haber explotado económicamente a mujeres mayores de edad, facilitar y dirigir la oferta sexual con fines de lucro.
La resolución de la sala IV de la Cámara Penal de Rosario, integrada por los jueces Rubén Jukic, Daniel Acosta y Carlos Alberto Carbone, ratifica la decisión de la jueza de Instrucción Nº 2, Alejandra Rodenas, quien tuvo en sus manos la causa contra Cabrera, a quien procesó tras ser detenido el 25 de mayo del año pasado en un resonante allanamiento al cabaret de Callao 123-125 bis (ver aparte).
Al revisar la resolución de Rodenas, apelada por la defensa, los jueces del Tribunal de Alzada recordaron cómo funcionaba el lugar, mecanismo corroborado en los procedimientos policiales, judiciales y por testigos.
Explotación y lucro. 'La explotación económica no ofrece dudas que se encuentra presente en la organización y apoyo de un negocio de prostitución del que se obtiene lucro', dice contundente la resolución sobre una actividad que Cabrera desplegó por años a la vista de todos.
'El juicio de probabilidad se encuentra suficientemente sustentado en los elementos probatorios que la jueza va estractando y reseñando en sus tramos y aspectos más relevantes', dicen los funcionarios sobre los fundamentos que expresó Rodenas.
El Tribunal también hace hincapié en que la defensa no fundamentó ni rechazó que el imputado fuera dueño de los dos negocios (el bar y el hotel contiguo).
Del informe policial con tareas de campo, observación encubierta y en los allanamientos quedó claro que 'no se trata de la simple existencia de un bar temático sobre sexo (bailes eróticos de mujeres que se desnudan, pantallas con películas de sexo explícito) y que por casualidad tenga instalado al lado un alojamiento por horas, sino de negocios estrechamente vinculados no sólo por la identidad de su titular (Cabrera), sino además por estar uno al servicio del otro en sus objetivos', se puntualizó en la resolución.
Además, refieren que de la pesquisa documentada no puede hacerse otra inferencia. Es que la pareja simuladora que pretendió ingresar al alojamiento de manera independiente sin pasar por el bar, no pudo hacerlo porque le explicaron que 'el hotel era de uso exclusivo para las mujeres y clientes del bar'.
Sobre la dinámica que durante años tuvo La Rosa a la vista incluso de las autoridades municipales, recuerdan que para alojarse una pareja en el hotel no sólo era necesario provenir del bar, sino además que la mujer debía ser 'una de las alternadoras'.
En su momento, la defensa de Cabrera, en manos del abogado Paul Krupnik, había descripto que las actividades comerciales, tanto de la polémica whiskería como del hospedaje, 'eran independientes en lo relativo al ingreso como a la administración'. Argumentó además que el empresario sólo obtenía ganancias del cobro de entradas por 60 pesos con derecho al espectáculo, y lo recaudado de la consumición de bebidas.
El abogado también solicitó la inconstitucionalidad de los artículos 125 bis y 127 del Código Penal, al entender que no se pudo comprobar que el Indio Blanco hubiera cometido el delito de explotación económica de los servicios sexuales.
No obstante, con la resolución de la Cámara Penal, el empresario ahora quedó expuesto a un juicio.
La Capital