Elocuente. Así quedó el Fiat Uno en el que viajaban los jóvenes tras chocar en Pellegrini y Provinci
10/03/14 10:02 | Zonales
'No sé por qué mi hijo se subió a ese auto. Pero me dijeron que quiso bajarse, que intentaron por todos los medios que el conductor se detuviera y que no lo lograron. Mi peor pesadilla es pensar que mi hijo murió con miedo', dijo con la voz quebrada Fabiana Ferreyra. A su lado, Valeria Stortoz asintió en silencio. Las mujeres son las madres de los dos jóvenes de 18 años fallecidos hace quince días en un accidente de tránsito, en Pellegrini y Provincias Unidas, cuando volvían de una fiesta en Funes. El conductor del vehículo tenía la misma edad y, según apuntaron varios testigos, manejaba a mucha velocidad y en estado de ebriedad. Tres condimentos cada vez más frecuentes en este tipo de tragedias.
Emiliano Cáceres Ferreyra y Facundo Aguirre acababan de cumplir 18. Eran amigos entrañables, 'casi hermanos', dijeron sus mamás. Ambos vivían en la zona sur, a pocas cuadras, y terminaron quinto año en el mismo colegio, Jesús de Nazareth. El mismo barrio y la misma escuela que vio crecer a Federico Gómez, quien manejaba el auto que chocó contra un camión estacionado.
Por eso, la suerte corrida por los muchachos enlutó barrio Las Heras, aunque el accidente pasó desapercibido en los medios de comunicación.
Además del dolor por la pérdida, Fabiana y Valeria comparten un pedido de Justicia.
'Queremos que lo sucedido en este accidente se investigue bien, porque lo que le pasó a nuestros hijos no fue una fatalidad', advirtieron casi a dúo y señalaron algunas irregularidades en la primera intervención policial (ver aparte).
Un final anunciado. La vida de ambas mujeres cambió radicalmente la madrugada del sábado 22 de febrero. Sus hijos, junto a otros tres amigos, volvían de una fiesta que habían organizado en el casino de oficiales del Liceo Aeronáutico. Iban sentados en el asiento trasero del flamante Fiat Uno conducido por Federico, que tras bajar de la autopista circulaba por avenida Pellegrini “a gran velocidad”, según se pudo constatar en un video del centro de monitoreo del municipio.
Faltaban cinco minutos para las seis de la mañana y, a pocos metros de cruzar Provincias Unidas, el coche chocó violentamente contra un camión estacionado. “Iba muy fuerte y esquivando autos. Pasó a un camión por la derecha y, entonces, se encontró con el otro que estaba parado. Ahí quiso frenar, perdió el control, dio un trompo y terminó chocando la parte trasera contra el camión”, según contaron varios testigos.
Emiliano y Facundo, que viajaban en el asiento de atrás del coche, perdieron la vida en el acto. Los otros tres jóvenes resultaron ilesos.
Ferreyra y Stortoz escucharon varias veces el relato que los dos jóvenes hicieron de los momentos previos al accidente. “Varios amigos, e incluso su novia, le habían pedido a Federico que no manejara porque estaba muy borracho. Pero él no los escuchó. Quienes se subieron al auto, incluso, le habían dicho varias veces que parara, le habían tirado del pelo, le habían arrojado una zapatilla, pero él siguió”, contaron las mujeres.
La última charla. “Hablé por última vez con mi hijo ese sábado, a eso de las 5.30 de la mañana. Estaba contento, me dijo que la fiesta había salido muy bien, que estaba comiendo un choripán y que después volvía a casa”, recuerda Stortoz. Y explica que al festejo lo habían organizado entre unos diez compañeros de curso. Que habían asistido más de 300 personas y que habían contratado varios colectivos para que los llevaran hasta el Liceo de Funes. “Yo le pedí que se volviera en el colectivo, pero aparentemente no entraban todos y él esperó para volverse con sus amigos”, explicó Ferreyra con los ojos llenos de lágrimas.
El fiscal de Homicidios Walter Jurado lleva adelante el trámite de la causa caratulada como homicidio culposo. El expediente suma la declaración de dos testigos y las imágenes de las cámaras que captaron el siniestro, aún restan las pericias del automóvil y los resultados del laboratorio de las muestras de sangre tomadas al conductor, que estuvo detenido algunas horas y hoy goza de una libertad morigerada.
La Capital