Fin de la historia. El cuerpo de José Gómez es retirado de su casa.
24/08/14 13:14 | Zonales
A las 11 de la mañana de ayer Elías, el pibe de 20 años que el viernes a la mañana se entregó en la subcomisaría 2ª y confesó haber asesinado a machetazos a su padre, escuchó de boca del juez Alejandro Negroni la calificación del delito por el que quedó detenido: homicidio calificado agravado por el vínculo, tal cual lo requirió el fiscal Adrián Spelta. Un delito que tiene una pena estimada de reclusión perpetua. Y por eso le dictaron prisión preventiva sin plazos. Elías escuchó a los funcionarios judiciales con su mirada clavada en un punto fijo mientras por su cabeza, seguramente, pasó mucho más que la hora y media que duró la audiencia imputativa. 'En el lugar que hoy está mi hermano, hace cinco años pude haber estado yo', explicó en los pasillos de Tribunales David, hermano mayor de Elías e hijo de José Ramón Goméz, el hombre de 47 años asesinado.
'Esto es un drama, un proceso que lleva 25 años y que terminó muy mal. Mi ex marido era una persona violenta, adicta a la drogas, que todo el tiempo nos amenazaba a mí y a mis hijos. Y Elías, que es el más chico, fue el que cargó con todo ese peso. Mi marido fue un chico muy sufrido de niño, maltratado, golpeado, y no hizo otra cosa que repetir la historia con sus hijos', relató por su parte María Itatí, la madre de Elías y ex compañera de José Ramón Gómez. Los vecinos de José y Elías los habían descripto el viernes como 'gente normal que tenían un trato cordial entre ellos'. Una muestra de que no todo es como aparenta.
Ayer a la mañana, en la sala de audiencias 5 del tribunal, ocho personas escucharon los padecimientos que soportó Elías y que lo llevaron, según su madre y su hermano, a intentar suicidarse dos veces (ver aparte). El muchacho, de 20 años, con prolija barbita candado y mirada opaca, sólo se limitó a decir que comprendía lo que pasaba en la audiencia y dio sus datos personales.
Trágica historia.Hasta las 4 de la mañana del viernes, Elías vivía con su padre en una casa de pasillo ubicada en Suárez y avenida Bouchard, en Nuevo Alberdi Oeste. Allí, hasta hace dos décadas, también vivieron María Itatí y sus otros tres hijos. 'Pero con el tiempo, por la personalidad que tenía José, se fueron yendo los chicos y yo también. Lo que pasa es que nada era sencillo. Cada vez que yo me quería ir de mi casa José amenazaba con matarme uno de los hijos', explicó ayer la mujer.
A las 3.30 del viernes, después de cenar lasagna con su padre y haber tenido un cruce de palabras, Elías esperó que José se acostara y arremetió contra él con un machete de 70 centímetros de hoja. El fiscal Spelta describió: 'La víctima tiene 14 heridas en su cuerpo y otras tantas que el forense no pudo contatibilizar en el cuello, con cortes tan profundos que llegaron a la columna vertebral'.
Con su padre muerto en la cama, casi decapitado, Elías se cambio de ropas y fue a la casa de un amigo, a tres cuadras y media de la escena del crimen. A las 8 su amigo lo acompañó hasta la subcomisaría 2ª, donde Elías se entregó y relató lo ocurrido. La policía fue a su casa y lo que el joven habían descripto estaba tal cual. El machete en el jardín. El padre muerto en su cama. Elías, un pibe sin antecedentes, guitarrista y asistente a un templo evangélico, quedó detenido.
En partes. La audiencia imputativa de ayer tuvo dos segmentos diferentes. En el primero el fiscal Spelta sostuvo que, según un informe forense preliminar, Elías es apto para escuchar la acusación; pero el abogado defensor del muchacho, Angel Gorostiague, dijo que 'no estaba anímicamente en condiciones'. Tras un intermedio en el que los forenses revisaron a Elías, la audiencia continuó.
Entonces el defensor contó la vida de Elías. 'Junto a mí están la madre y el hermano mayor de Elías que pueden declarar la manera en la que estuvo sometido mi cliente por su padre', indicó el abogado. 'Elías también es una víctima de lo que pasó', dijo. Y eso motivó a que el fiscal Spelta indicara: 'Parece que estuviéramos queriendo practicar derecho penal de víctima. Nos preocupamos más por el victimario que por la víctima del asesinato'. Y claro está, el muerto no podía contar nada en su defensa.
Al final, la defensa pidió una morigeración de prisión de Elías, viviendo en la casa de su hermano mayor. Pero el juez Negroni lo denegó aunque indicó que sugeriría que el muchacho fuera alojado en un lugar en el que hubiera evangélicos como él y que se lo asista psicológicamente.
La Capital