Fin de la discusión. El Papa Francisco en el momento en que los padres sinodales se levantan de los
19/10/14 11:55 | Nacionales
Poniendo fin a una reunión de dos semanas en el Vaticano, centenares de obispos aprobaron ayer un documento que detalla la postura de la Iglesia sobre la homosexualidad, el sexo, el matrimonio y el divorcio.
Los obispos desecharon el tono de bienvenida suavizada hacia los gays, mostrando profundas divisiones en la iglesia al final de una reunión convocada por el Papa Francisco para trazar un nuevo enfoque del clero, más abierto, hacia las familias católicas.
Los obispos no pudieron aprobar siquiera una sección diluida sobre los gays, alejada del tono acogedor contenido en un borrador que circuló a principios de semana. Los padres sinodales favorables a la apertura son mayoría pero no lograron alcanzar los dos tercios. El borrador previo expresaba una apertura inusitada hacia los gays y los católicos que viven juntos sin estar casados.
Otros dos párrafos relativos a las otras cuestiones delicadas en el sínodo —si los divorciados y los católicos vueltos a casar por lo civil pueden recibir la comunión— también fueron rechazados.
Francisco insistió, en defensa de la transparencia, que el documento completo fuese publicado íntegramente y que también se sepa el resultado del recuento de votos. Hizo todo para que el evento resulte 'a cielo abierto'.
El documento servirá de base para el debate en el sínodo más importante, de octubre de 2015.
Los grupos conservadores criticaron duramente el documento preliminar y propusieron amplias revisiones para restaurar la doctrina de la iglesia, que considera a la homosexualidad 'intrínsecamente equivocada', pero que establece que se debe respetar a los gays, y que sólo puede considerarse matrimonio a la unión de un hombre y una mujer.
En forma inesperada el Papa Francisco se acercó a un grupo de periodistas que esperaba afuera del sitio donde se celebró el sínodo. 'Muchas gracias', dijo el Pontífice en italiano. Varios obispos conservadores criticaron ásperamente a los periodistas por informar sobre el dramático cambio de tono en el boceto.
Antes de la votación, los cardenales Raymundo Damasceno Assis, de Brasil, Oswald Gracis, de India y el italiano Gianfranco Ravasi, ministro de Cultura del Vaticano, dijeron que aprobarían el texto revisado y esperaban que la mayoría de los otros obispos hicieran lo mismo.
Dijeron que el documento a ser sometido a votación era 'balanceado, positivo' y 'abierto'.
'Acepta a todos, abraza a todos y quiere aproximarse a todos, es el acercamiento pastoral de la iglesia actual', dijo Gracis.
Al mismo tiempo, aunque algunos de los asuntos más polémicos no fueron abordados, serán sometidos a mayor discusión, dijo. Los obispos volverán a reunirse el próximo año para cerrar el debate.
El borrador inicial del documento mostraba un cambio radical de tono al decir que los gays tenían algo que ofrecer a la iglesia y que sus uniones, aunque problemáticas desde el punto de vista moral, daban apoyo 'precioso' a las parejas gay.
La iglesia, agregaba el texto preliminar, debe dar la bienvenida a las personas divorciadas y reconocer los aspectos 'positivos' del matrimonio civil y a los católicos que viven juntos sin estar casados.
Las enmiendas propuestas al documento fueron casi unánimes y se insistió en que la doctrina de la iglesia debería estar mejor detallada y que las familias católicas debían ser consideradas modelos en lugar en enfocarse en los problemas de la familia y las uniones irregulares.
Los obispos usaron un tono similar en un mensaje dirigido a las familias católicas emitido el sábado. No hubo mención a familias con hijos gay, mucho menos a padres homosexuales y hablaba de 'temas complejos y problemáticos' que se presentan cuando fallan los matrimonios e inician nuevas relaciones.
'Cristo quería que su casa tuviera las puertas abiertas siempre y diera la bienvenida a todos sin excluir a nadie', dijo el mensaje.
El cardenal sudafricano Wilfrid Fox Napier, dijo que el texto reflejaba una 'visión común' que le hacía falta al primero.
La cuestión. El texto que estaba incluido en el borrador y que ayer no logró las voluntades suficientes expresaba: 'Los homosexuales tienen dones y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana'. Suponía de facto el fin de las hostilidades hacia un colectivo que se ha sentido en demasiadas ocasiones perseguido por la Iglesia.
A 'cielo abierto' se supo que el sector conservador se movilizó para dejar constancia de que no todos los padres sinodales estaban de acuerdo en una apertura rápida y sin concesiones. Pero también, y quizá sea lo más destacable de ayer, que la transparencia, las divergencias y un lenguaje distinto, más proclive a la tolerancia, parecen imponerse en el Vaticano.
La Capital