Fabiana Ferreyra (de frente) y Valeria Stortoz, madres de Emiliano Cáceres y Facundo Aguirre. Esper
08/04/15 13:00 | Zonales
Fabiana Ferreyra habló muchas veces del choque en el que murieron su hijo de 18 años y un amigo de la misma edad en Pellegrini y Provincias Unidas, el año pasado, cuando el auto en el que volvían de una fiesta con otros tres amigos se estrelló contra un camión. Dio entrevistas, se reunió con concejales, es una figura activa en la carpa que se instaló el fin de semana en Tribunales para juntar adhesiones por el caso. Pero el lugar donde volcó ayer, una vez más, su relato incansable, tuvo una resonancia especial. Habló en el juicio oral por las dos muertes, donde un ex compañero de los chicos está siendo juzgado por doble homicidio culposo. 'Sé que mi hijo murió con miedo —declaró—. Que venía abrazado y que le pidieron (al conductor) que bajara la velocidad, pero él respondió acelerando aún más y los terminó matando'.
Fabiana es la mamá de Emiliano Cáceres, una de las víctimas junto a Facundo Aguirre, del choque que su compañero de curso Federico Gómez protagonizó al mando de su Fiat Uno blanco el 22 de febrero de 2014, cuando el grupo volvía de una fiesta en Funes. Según la acusación, iba a altísima velocidad y alcoholizado cuando se incrustó contra un camión estacionado en Pellegrini y Perú. Los dos muchachos murieron en el acto. Desde el lunes Gómez, en libertad, está siendo sometido a un juicio oral por el caso en el que la fiscalía pidió 4 años de prisión efectiva.
Tras rememorar el llamado telefónico que aquella mañana la levantó de la cama con la noticia del choque y su dramática llegada a la escena, Fabiana tuvo ocasión de hablar cara a cara con el juez José Luis Suárez, que se expedirá la semana que viene. 'Buscamos Justicia, no venganza. Necesitamos sentar un precedente para que no haya más Emis y Fakus. Por eso pedimos la prisión efectiva. Que los homicidios culposos no sean excarcelables', volvió a plantear, esta vez en un ámbito decisivo para la suerte del caso. Así lo reclaman organizaciones sociales como Compromiso Vial y Madres del Dolor.
La mujer declaró con tono firme y entereza. Pero después del paso formal, cuando volvió a reunirse con sus compañeros en el acampe, le empezó a temblar la voz. Dijo que hablar en el juicio fue duro por 'tener en frente al acusado', pero que estaba 'tranquila por haber declarado la verdad'.
La mañana trágica. Citada por la querella en la segunda jornada, contó que aquella mañana a las 6.27 recibió una llamada avisándole que los chicos habían sufrido un choque y que fuera al Heca porque posiblemente estaban ahí. Su marido fue al lugar del hecho, ella se quedó en su casa llamando a las otras mamás. Incluso una madre le dijo 'quedate tranquila que están bien'. Pero al rato regresó su esposo con la peor noticia. 'Andá a ver vos el lugar', le dijo.
Fabiana fue. Ahí se encontró con Valeria, la mamá de Facundo, y le preguntó por el conductor. 'Tiene un olor a alcohol insoportable', fue la respuesta. 'La escena era tremenda. A la madre de Federico Gómez le pregunté quién manejaba y se encogió de hombros con una mirada desafiante', relató. Luego se hicieron los velorios. Y a los veinte días se enteraron de que la muestra de sangre había sido insuficiente para realizar la prueba de alcohol.
Más tarde se enteró de que en la fiesta organizada por unos diez compañeros de quinto año del secundario, que se hizo en Funes, 'se cobró entrada, hubo menores, se vendió alcohol'.
Como narró otras veces, recordó que aquella madrugada a las 5.25 la llamó Emiliano para contarle que la fiesta había terminado y que quizás volvía en un auto particular porque ya habían regresado a Rosario los colectivos contratados para la fiesta.
Contó que su hijo no había bebido alcohol porque al día siguiente jugaba al fútbol y 'era muy responsable con eso'.
Por comentarios de otros chicos, entre ellos los dos sobrevivientes del accidente que declararon el lunes pasado, supo que el joven conductor estaba borracho y que 'no podía ponerse en pie, para orinar lo tenían que sostener de la ropa'.
'Mi hijo se ofreció a manejar pero él se negó porque el auto era suyo. Emiliano tenía vehículo y no lo dejé ir en auto porque no me parecía seguro', recordó con dolor, antes de pronunciar su reclamo de pena efectiva y salir de la sala donde sigue el juicio.
La Capital