Pandemonio. La ruta 11 mostró esta semana una gran congestión, que se suma al mal estado de la calza
12/04/15 12:36 | Zonales
La irrupción de la cosecha gruesa de este año, que según todo indica batirá récords, generó un verdadero pandemonio en las rutas de la región, sobre todo en la A-012, llamada también la segunda Circunvalación de Rosario, que durante la semana mostró por momentos un movimiento constante y permanente de camiones que, con lentos desplazamientos, avanzaron hacia las terminales portuarias de San Lorenzo, Puerto General San Martín y Timbúes. Una historia de nunca acabar, pese a lo previsible que resulta esta situación en esta época del año.
Lejos todavía de los puertos y de las plantas aceiteras, el cruce de la vieja ruta nacional 9 con la A-012, en las cercanías de Funes y Roldán es un sitio verdaderamente peligroso. Un agente de la Agencia Provincial de Seguridad Vial (APSV), del puesto allí instalado parecía todopoderoso regulando él sólo, parado en el centro mismo de la intersección de ambas vías, los movimientos y detenciones de las interminables filas que avanzaban en ambos sentidos de la A-012. La situación repercute directa o indirectamente en todas las formas de circulación de la región.
En una recorrida por la zona realizada este jueves, La Capital pudo observar extensas filas de camiones avanzando muy lentamente en Puerto General San Martín, donde el cruce de las rutas A-012 y la Nacional 11 era un verdadero cuello de botella para la circulación hacia Timbúes o San Lorenzo.
El pésimo pavimento de ambas rutas y sus banquinas en esa zona, con profundos baches y casi sin señalización adecuada, sumado al histórico mal estado que ofrecen los caminos de tierra apenas ripiados que conducen a las cerealeras propiamente dichas, son el denominador común de todas las quejas de los trabajadores del transporte.
En la subida de un acceso a Puerto General San Martín desde la autopista, tres camioneros de Vedia, Los Toldos y Rosario cargados con soja, harina de soja y unas gigantescas vigas de cemento destinadas a una de las cerealeras respectivamente, calculan que la demora en recorrer el tramo de dos kilómetros aproximadamente, entre la autopista y la ruta 11 es de dos horas. La permanencia en el lugar, dicen, no permite distracciones. Acá de noche ocurren muchos accidentes porque los camiones están en constante movimiento y siempre alguno choca a otro”, También señalan que “dormir es sólo una posibilidad para quien espera en las playas, pero aquí si te dormís en la banquina simplemente se te adelantan todos”.
Los camiones avanzaban muy lentamente porque el mismo acceso presenta su carpeta destruida y unas muy demoradas obras de pavimento con hormigón armado en la intersección del acceso con la 11, que obligan a numerosas maniobras para los camiones que desde allí se derivan hacia las terminales.
Desde la cabinas de los camiones que pasan casi sin detenerse, se repiten a los gritos los pedidos a los periodistas: “Díganles que tapen los pozos, que pavimenten”. “Díganles que con toda la que se llevan podrían mejorar los caminos”, “Que ordenen y limpien las banquinas, que dan asco”, todo acompañado de algún insulto contra las casi ausentes autoridades policiales y viales y contra las empresas.
La provincia. No obstante, como cada año, el operativo logístico de comienzo de la cosecha gruesa, que involucra a las plantas industriales y puertos privados ubicados en un corredor que se extiende desde Timbúes, en el norte, hasta Arroyo Seco en el sur de Rosario, se inició formalmente a principios de mes con la participación de las cámaras empresarias del sector, los entes viales y las fuerzas de seguridad.
En la región sur provincial se desplegó un operativo por el que la Policía de Seguridad Vial (PSV), junto a otras fuerzas, implementan controles de alcoholemia a choferes de camiones, así como la distribución de folletería con información técnica y recomendaciones sobre los factores de riesgo a la hora de conducir.
En tal sentido, el subsecretario de la APSV, Jorge Tarquini, señaló que 'dado el impacto que tiene en rutas de la provincia el hecho de ser el principal polo agroportuario y aceitero del país, se necesita trabajar arduamente para aumentar la seguridad vial y evitar siniestros, no sólo en los trabajadores del sector, sino en todos los usuarios de las rutas'.
En la recorrida de este diario por la zona pudo percibirse que salvo en la localidad de Timbúes, sólo en algunos accesos de la autopista —y no precisamente en los más congestionados— podía percibirse alguna presencia de autoridades de tránsito de algún tipo.
En Timbúes, la fisonomía de la principal avenida de la localidad, San Martín, estaba alterada por el constante tránsito hacia las terminales ubicadas a unos 12 kilómetros al oeste. Según señaló Claudia, una agente comunal de Tránsito, durante las 24 horas se trata de regular la circulación de camiones que por momentos impide a la población movilizarse con libertad, obligando incluso a quienes provienen del norte provincial a ingresar por el sur a la ruta 11.
Cuarenta viajes. Gustavo Pons, un camionero venadense que ya se volvía a su ciudad cuando su unidad sufrió un desperfecto, esperaba en Timbúes que a un mecánico del lugar le llegara, va a saber desde dónde, un repuesto salvador. Pons había descargado su camión pero no podía contener su disconformidad. En ese camino de ripio de 12 kilómetros hacia las terminales 'no hay nada. Apenas, un tipo con unas chapas preparando unos choripanes espantosos, tenemos que hacer nuestras necesidades bajo un acoplado', indicó molesto. Y criticó el trato preferencial que algunas terminales de la localidad de Timbúes tienen para con las cargas que llegan por ferrocarril.
Según indican los trabajadores del transporte, la descarga concreta del cereal en las terminales es lo que menos demora, pero cuando un camionero ingresa a la ruta A-012, a los accesos y a las playas de las cerealeras y puertos del cordón, sabe que su permanencia en la zona nunca será menor a 24 horas y eso calienta los ánimos. Los choferes afirman que las protestas hacia las empresas y los incidentes violentos con quema de algunas instalaciones menores no trascienden, pero abundan.
Un chofer que pidió anonimato, indicó a LaCapital que el período de mayor trabajo para los camioneros que trasladan la cosecha gruesa dura unos dos meses, durante los cuales efectúan en promedio unos 40 viajes según las distancias y que percibe unos 6.500 pesos por viaje, de los que deben descontar los gastos de combustible, y alimentación que representan un 30 por ciento de aquel monto. 'eso cuando termina la cosecha cambia totalmente y con suerte agarrás tres o cuatro viajes por mes'
Estadísticas.El transporte de carga por camiones está involucrado directamente en los siniestros viales en las rutas de la provincia y, en los siniestros donde están comprometidos camiones, el factor humano es en general el más influyente.
La Capital