Sebastián pasó por un duro trance.
08/07/16 12:37 | Nacionales
No fue por una travesura ni porque andaba flojo en la escuela. Tampoco fue por problemas de conducta, tan típicos a los 16 años, en plena adolescencia. Una familia decidió excluir a su hijo del hogar donde vivía porque confesó que era homosexual.
El caso, que ocurrió en la ciudad neuquina de Cutral Co, encierra discriminación, intolerancia y, sobre todo, una evidente falta de amor hacia un hijo.
El joven protagonista de esta historia le contó a su madre por segunda vez, ya que en otras oportunidades que lo intentó se encontró con evasivas y reacciones violentas. Pero el resultado fue el mismo: el rechazo.
La mujer, separada y con cuatro hijos más, le dijo que no quería “un puto en su familia”, que ni siquiera merecía llevar el apellido y que lo mejor que podía hacer era irse de la casa.
Confundido y triste por tener que abandonar a su madre y a sus hermanos, Sebastián fue a la casa de su padre en busca de su contención. Pero el resultado fue similar: un total desprecio.
Sin familia ni hogar, tuvo que refugiarse en la casa de una tía, que sí estaba dispuesta a entenderlo y a brindarle amor, aunque la situación económica de la mujer no era la mejor. Ella es empleada y su esposo no tiene trabajo.
Ayuda entre tanta pena
Después de desahogar su tristeza y contar sus penas, el joven y la tía concurrieron a la Dirección de Diversidad Sexual para buscar asesoramiento. Adrián Urrutia, titular de la dependencia, se conmovió con la historia y pidió una urgente ayuda legal.
“La tía es una leona; lo cobija, lo cuida y, sobre todo, lo quiere”, dijo el funcionario. Luego de una serie de trámites, los abogados de esa repartición gubernamental lograron que el padre de Sebastián le transfiriera una parte de la cuota alimentaria que mensualmente le envía a su mujer.
Además, le gestionó una beca en el Ministerio de Educación para que pueda terminar la secundaria en el CPEM 20 de Cutral Co. “Es importante que desde el Estado se les brinde contención a todas aquellas personas que sufren discriminación. Sebastián es uno de los tantos casos que se dan en Neuquén y muchas veces no salen a la luz”, sostuvo Urrutia.
El chico de 16 años que fue expulsado de su hogar por decirles a sus padres que era homosexual se fue emocionado y a los abrazos cuando se enteró de las buenas noticias que le comunicó Urrutia.
Al fin alguien lo entendía y le concedía amor. La vida, después de tanta angustia e intolerancia, le daba otra oportunidad para ser feliz.
Crónica